Ahora dicen que juez no se negó a dar información

Por Cynthia López Cabán

cynthia.lopez@gfrmedia.com

Mientras, la jornada del séptimo día del desfile de prueba del juicio que se sigue contra Pablo Casellas Toro por el homicidio y crimen de violencia de género contra su esposa quedaron interrumpidos en la tarde porque la investigadora forense Giselle Rivera Cintrón se encontraba afónica y el Ministerio Público indicó que no podía alterar el orden de su prueba.

Así las cosas el desfile de prueba continuará el próximo 26 de diciembre.

En la mañana, en la continuación del proceso judicial, el sargento Borrero González señaló que fue el juez quien le indicó que su hijo se encontraba en su casa esa mañana del 14 de julio de 2012.

"Se acerca el papá, un caballero de cabello blanco. Yo le digo que necesito información y él me dijo que 'sí, que no había ningún problema'", contó el testigo a preguntas de la fiscal Phoebe Isales Forsythe.

"Cuando le pregunto dónde estaba él (Casellas Toro), me dice que en la casa de él. (La conversación llegó) hasta ahí porque llegó otro caballero y se lo llevó", agregó en la sala 706, que preside el juez José Ramírez Lluch, del Tribunal de Bayamón y que ayer estaba atestada de público.

Guiado por las preguntas de la fiscal, el agente señaló que la persona que se llevó al juez Casellas fue el licenciado Arturo Negrón García, uno de los cuatro abogados del acusado.

El miércoles, la teniente jubilada de la Policía Municipal de Guaynabo, Ivonne García Ortiz, quien ofreció apoyo en la escena, testificó que el juez y su hijo habían negado a las autoridades información básica como el nombre y la edad de la víctima.

Ante un jurado que seguía sus palabras con atención el teniente explicó que llegó a la urbanización Tierralta III tras recibir una querella sobre detonaciones en ese vecindario.

Relató que al llegar a la casa, ubicada en la calle Ruiseñor, observó la puerta del garaje abierta y un Mercedes Benz gris claro dentro de la marquesina. Sobre ese vehículo había una pistola.

Luego el agente entró al área de la piscina donde se encontraba el cuerpo de Paredes Cintrón, de 46 años.

"Ese cuerpo se encontraba sentado en una silla con la cabeza hacia atrás. La mano derecha estaba hacia abajo y la izquierda botaba sangre", detalló.

En la mesa cercana a la silla, había un periódico y un vaso con jugo de china.

También observó un impacto de bala en la frente y en el pecho de la mujer, que estuvo casada con el acusado durante 19 años. "Observé el piso de la piscina hacia afuera...

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