Alejandro, el partido y la gente

ETHEL RÍOS ORLANDI

CATEDRÁTICA DE LA UPR

Particularmente bien recibidos han sido los nombramientos a los departamentos de Recursos Naturales y de Agricultura. En éstos parecen coincidir las exigencias de una ciudadanía informada, inteligente y activa, con las mejores intenciones de un gobernador que, en el proceso de llegar a serlo, ha ido internalizando la necesidad de escuchar a todos los sectores de la sociedad, a pesar de los miedos que tradicionalmente han encumbrado al Partido Popular Democrático.

Como sus antecesores, el gobernador está sujeto a enormes presiones, tanto internas como externas, a su partido. Específicamente a las primeras, se le atribuye el inarmónico nombramiento para dirigir la Administración de Asuntos Federales (PRFAA, por sus siglas en inglés). Existen muchas otras que producirán resultados similares, sin contar las que están aún en la fragua.

Los sempiternos inversionistas, donantes a los partidos de la alternancia en el poder, reclaman sus dividendos. Aunque pueda haber matices, y habrá casos que ameriten un genuino balance entre el interés particular y el interés del país a largo plazo, históricamente, los inversionistas han actuado en función de intereses personales y corporativos contrarios al bien común. No olvidemos que la madeja de favores prometidos es amplia, espesa y profunda. No se limita a los políticos de alto nivel: abarca toda la gama de funcionarios, intermediarios y empleados.

Si el gobernador continúa, como ha dicho, comprometido con el bienestar de la gente, va a necesitar de un pueblo alerta y activo, con disposición crítica, que empeñado en avanzar hacia el bien común, pueda contrarrestar oportuna y eficazmente las múltiples...

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