Sin el aval del Congreso

MANUEL RODRÍGUEZ ORELLANA

SECRETARIO DE RELACIONES CON NORTEAMÉRICA DEL PIP

En 1950, cuando ya se sancochaba una mogolla colonial entre líderes populares y representantes de la metrópoli, dos patriotas puertorriqueños en Washington llamaron la atención de la nación norteamericana y del resto del mundo a la condición colonial de Puerto Rico. Conscientes de lo improbable de allegar su indignación atacando directamente al presidente de Estados Unidos por avalar nuestra subordinación mediante la Ley 600 y la farsa de un ELA colonial, uno entregó la vida y el otro su libertad. Ante los ojos sorprendidos de la humanidad, los dos boricuas dieron pie a un acto de insurrección que aún décadas más tarde un poderoso senador neoyorquino trajo a la memoria de otro presidente durante una cena en la propia Casa Blanca, advirtiéndole la necesidad de resolver el caso de Puerto Rico. Ese atentado contra el colonialismo sin el aval del Congreso quedó simbólicamente plasmado para la historia en una tarja frente a la Casa Blair.

Un año más tarde, un grupo de patriotas en Jayuya, hombres y mujeres, iniciaron una acción directa encaminada a revolucionar el país contra un referéndum confeccionado por el contubernio de representantes de la Metrópoli y los mismos líderes coloniales. Con Blanca Canales, el poeta Francisco Matos Paoli y otros que no vivieron para contarlo, muchos entregaron su libertad y muchos más padecieron destierro, discrimen y persecución por repudiar la colonia, que sí tuvo el aval del Congreso.

En 1953, Estados Unidos logró una votación exigua de la comunidad internacional en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas para eximirse de rendir informes sobre el territorio colonial de Puerto Rico. Un año más tarde, Lolita Lebrón y otros tres patriotas subieron las escalinatas del Capitolio en Washington y abrieron fuego sobre el hemiciclo de la Cámara de Representantes con el grito de "¡Viva Puerto Rico libre!". Protestaban el aval del Congreso por perpetuar la colonia y ni siquiera permitirle a la oposición política de Puerto Rico -independentistas, estadistas y soberanistas- manifestarle al mundo su indignación ante el...

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