Azotada por la delincuencia

Por Gerardo E. Alvarado León

galvarado@elnuevodia.com

Dos horas más tarde y en otro extremo de la isla, en el malecón para ser exactos, la escena es igualmente tranquila. Unos pocos turistas comen y beben en los negocios con vista al mar, dos amigos van por la acera tomando un refresco, y cuatro policías prestan vigilancia bajo la sombra de un árbol.

A simple vista, todo luce como sacado de un libro de cuentos. Cualquiera pensaría en este sitio como el ideal para criar hijos o retirarse, sobre todo porque desde hace una década ya no hay presencia militar.

Pero nada más lejos de la verdad.

La desolación que se percibe en Vieques tiene otra explicación: la pequeña isla está asediada por el crimen y el narcotráfico, al punto que 15 personas han sido asesinadas este año, según la Policía, una cifra jamás registrada.

Si algo llamaba la atención de esta tierra -en la que apenas viven 9,301 personas- era, precisamente, la ausencia de asesinatos. Por muchos años no se registró ni una sola muerte violenta; mientras que la cifra máxima, alcanzada en el 2010, era de ocho casos.

El terror se ha apoderado de los viequenses porque ninguna de las 15 muertes se ha esclarecido, o sea, que nadie ha sido ajusticiado por los crímenes. Por lo tanto, la impunidad es lo que impera aquí, donde matarse unos a otros parece no tener consecuencias mayores.

"Antes, nada de esto se veía, pero ahora no puede salirse ni de aquí a la esquina con tanto tiroteo. En lo único que pienso es en la seguridad de mis hijos", dijo la viequense Tanya Robles, de 34 años y residente en el sector Santa María.

"Antes, varios años atrás, aquí se vivía y hasta se dormía con las puertas abiertas, pero eso ya no se puede hacer. Desde enero pasado todo ha cambiado y la incidencia criminal se disparó", abundó Katiria Cruz, de 35 años y vecina del barrio Pueblo Nuevo.

Tras una reunión en la alcaldía de Luquillo la semana pasada, Samuel Luciano Rivas, comandante del área policíaca de Fajardo, y el teniente primero Carlos Olivo, comandante del Distrito de Vieques, explicaron a El Nuevo Día que la "narcoguerra" se desató en la isla el pasado 24 de enero, cuando fue asesinado Juan "Poti" Reyes Rivera, de 38 años, considerado lugarteniente o segundo al mando del líder del narcotráfico en Vieques, un tal Cheo Silva.

Se cree que Reyes Rivera se sublevó e intentó crear su propia organización en el barrio Monte Santo, pero integrantes de ese mismo grupo lo ejecutaron. Su viuda, Irma "Emma" Torres...

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