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CALIENTAN MOTORES

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Vincent

Por José Sánchez FOURNIER

Enviado Especial

Aunque es desfavorecido en las apuestas y a pesar que la mayoría de los cientos de personas presentes en la actividad le van a su rival, Cotto fue recibido por vítores y aplausos por parte de la fanaticada.

Serio y escueto como siempre, Miguel dijo que durante su entrenamiento para esta pelea no solo adquirió una óptima condición física sino que logró gran tranquilidad mental.

"Entrené duro, en paz allá en Orlando (Florida). La manera en la que entrené me dio fortaleza mental", expresó el campeón súper welter de la AMB.

Aunque serio, el boricua le reconoció quilates a su oponente, que subirá de división para encararlo.

"Felicito a Floyd. Él quiere mi título y subió a mi división para retarme", expresó el cagüeño, a preguntas de si será favorecido por el peso pautado para el combate, 154 libras máximo.

La de ayer fue una actividad llena de contrastes. Mientras Cotto fue puntual en su llegada y breve en sus comentarios, Mayweather arribó a la actividad con 58 minutos de retraso y cuando comenzó a hablar parecía que nunca callaría.

Tanto hizo esperar a su fanaticada, que muchos habían abandonado el atrio del hotel cuando finalmente llegó Floyd, a las 3:58 p.m. (6:58 en P.R.).

Los que lo esperaron, sin embargo, eran numerosos y aunque algo desanimados lo recibieron gritando su nombre a coro. Tras bajarse de un lujoso coche británico Bentley color blanco perla, Floyd entró al vestíbulo del MGM Grand con su trío de mastodontes guardias de seguridad, el excampeón cubano Yuriorkis Gamboa a su diestra y un séquito de sobre una docena de personas.

"Primero que todo tengo que agradecerle a los fanáticos, porque sin ustedes no sería lo que soy. Así que apláudanse a ustedes mismos", le dijo Floyd a la audiencia, que incluía un numeroso grupo de fanáticos británicos que cruzaron el Atlántico para ver a su ídolo medirse al pegador boricua.

"Tuvimos un gran...

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