Cosas que llegan y que no llegan

LEONARDO PADURA

ESCRITOR

Lo significativo es que el responsable del taller de reparación automotriz al cual pertenece la pared, dio su autorización para la intervención de los jóvenes, pues él no tiene recursos para pintarla. Lo más curioso es que a lo largo de las seis horas de labor que les lleva "la obra", han pasado varios policías a pie y en autos oficiales, y ninguno de ellos se ha acercado siquiera a preguntarles a los pintores qué hacen, qué dice su pintada.

Mientras los jóvenes grafiteros realizan una faena que en el resto del mundo se hace con nocturnidad y alevosía, en un templo protestante de La Habana un grupo de alrededor de sesenta fieles, seguidores de un expastor excluido de su denominación religiosa, se han encerrado, según se dice en la calle, a esperar el proximísimo fin del mundo anunciado por su líder. La policía, sí convocada en este caso, rodea el sitio con el argumento expreso de evitar incidentes. Lo que ocurra dentro de las paredes de la iglesia se ha dejado a la decisión del pastor excomulgado y sus fieles. Aunque los cubanos sean gregarios por naturaleza, no parece factible que se produzca en esa iglesia una inmolación colectiva. Y si ocurre, es que en Cuba las cosas están cambiando demasiado.

Al mismo tiempo corre por la capital cubana una pregunta que va perfilando su respuesta a base de rumores. ¿Y qué ha pasado con el cable de fibra óptica que, tendido desde Venezuela, conectaría a Cuba con las redes de transmisión de datos e imágenes y cuya operatividad fue alegremente anunciada para este verano que se extingue (con tanto sol y calor, como lo habrán comprobado los grafiteros)? Se dice, extraoficial y callejeramente que la conexión no se ha podido realizar por haber existido serios problemas operativos debido a manejos corruptos de funcionarios cubanos encargados de tan importante misión. La prensa plana, radial, televisiva y digital de los sitios del Estado y el gobierno, nada han dicho al respecto. Ni de porqué no hay cable, ni sobre si hay o no corrupción. Y ante el silencio, el rumor es dueño y señor.

De lo que sí hablaron, y mucho, los sitios digitales más oficiales fue de las declaraciones que hiciera en Miami el músico cubano Pablo Milanés, quien, entre otras cosas declaró que había dejado de ser...

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