Declaran fracasada la política de Mano Dura

Por Alex Figueroa Cancel

alex.figueroa@gfrmedia.com

Con esas palabras, el entonces gobernador Pedro Rosselló decretó el 13 de febrero de 1993 una nueva política pública de seguridad que pretendía sofocar el avance criminal con mayor presencia de policías armados y la intervención de la Guardia Nacional en lugares identificados como de alta incidencia criminal.

Pero ahora se ha determinado que tal esfuerzo, conocido como Mano Dura contra el Crimen -y que con algunas variantes siguieron otras administraciones gubernamentales- fue una medicina equivocada que Puerto Rico tomó por 20 años para tratar superficialmente el síntoma de la criminalidad sin que se prestara atención a la enfermedad de la desigualdad social.

Esa fue la conclusión de un debate sostenido ayer por un panel de exfuncionarios de Gobierno, políticos, líderes comunitarios y académicos que evaluaron la estrategia de seguridad del Gobierno que inició con la ocupación de 80 residenciales.

La Comisión para la Prevención de la Violencia (Coprevi) convocó al foro en la Universidad de Puerto Rico en Cayey para discutir qué ha fallado en las estrategias para reducir la criminalidad, previo a la presentación de un plan elaborado por años, denominado Estrategia nacional de seguridad pública y solidaria de Puerto Rico.

"Han pasado 20 años y varias administraciones con iniciativas parecidas y nombres diferentes. Aunque se han hecho cosas buenas y otras no tan buenas, en términos generales hemos fracasado", dijo Zoé Laboy, exsecretaria del Departamento de Corrección y Rehabilitación bajo la administración de Rosselló.

En el foro, Laboy fue la única representante del gobierno de Rosselló, aunque ella entró en 1997, tres años antes de que este culminara sus ochos años como primer ejecutivo.

Aunque reconoció el resultado fallido, señaló que fue una iniciativa bien intencionada que pretendía restablecer el orden en lugares considerados de alta incidencia criminal y que luego debían entrar en vigor otras fases de atención a las comunidades que no se completaron. También consideró que las administraciones siguientes de Sila Calderón y Aníbal Acevedo Vilá no le dieron continuidad al plan.

Sin embargo, no refutó las evaluaciones negativas y fulminantes de la Mano Dura y sus copias posteriores, esbozadas en el foro por padre Pedro Ortiz, el profesor Julio Muriente, el salubrista José Vargas Vidot y Miguel Pereira, quien fue secretario de Corrección y superintendente de la Policía.

"La Mano Dura fue...

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