Decomisan libros contaminados

Por Daniel Rivera Vargas

drivera2@elnuevodia.com

La determinación de desecharlos se tomó por razones de salud pública, dijo el secretario de Educación, Rafael Román. "Lo que se me informa es que los libros estaban contaminados con excremento y orín de ratón. Está muy mal que eso haya pasado", señaló.

Estos desechos pueden causar enfermedades como la leptospirosis, que suele mostrar síntomas parecidos a los del dengue, la fiebre amarilla, malaria, la influenza, y si no se trata a tiempo podría ser mortal.

El secretario de Servicios Auxiliares del DE, José Molina, dijo que los ejemplares estaban dentro de 50 cajas, en las cuales había cerca de 20 libros. Fueron hallados hace dos meses en pésimas condiciones en la escuela abandonada Milagros Moreno, de Las Piedras, y la semana pasada fueron trasladados a Cayey.

Molina explicó que los libros se almacenaron allí durante la pasada administración, cuando se remodelaban cientos de planteles bajo el programa Escuelas del Siglo 21. Como los textos no podían guardarse en sus respectivos planteles, se trasladaban y se guardaban en escuelas cerradas.

En ese plantel también se hallaron tarjetas acumulativas de estudiantes. Como la escuela no aparentaba haber sido vandalizada, Molina duda de que tales documentos hayan caído en manos de inescrupulosos y que la información haya sido usada para robar la identidad de los pupilos.

El almacén ubica en un sector montañoso; no tiene aire acondicionado ni servicio eléctrico y le faltan ventanas. Molina dijo que entre los planes de su secretaría está rehabilitar ese local.

Según el funcionario, no todos los libros estaban contaminados. Los que estaban en buen estado fueron llevados a un almacén en Cayey.

La libros eran, en su mayoría, de nivel intermedio y superior de escuelas en la región de Humacao, según informó.

Por su parte, el secretario del DE pidió una lista de los libros decomisados.

El Nuevo Día pudo observar que algunos libros contaminados eran de materias como salud, historia y literatura, entre otros. Entre los títulos se encontraban Writing for the Real World, Nuestra cultura, firme como un guayacán, Mis momentos literarios y El libro de los exploradores, por mencionar algunos.

El secretario no sabía ayer si otras escuelas aún eran utilizadas también como almacenes de materiales. "Me parece que es una barbaridad que estemos almacenando libros cuando las escuelas están constantemente pidiéndonos libros. No deben existir almacenes de libros en el DE"...

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