Ley Núm. 36 de 7 de marzo de 2014, para establecer el Programa de la Primera Oportunidad de Empleo Juvenil de Puerto Rico, adscrito a la Administración de Desarrollo Laboral como componente operacional del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, a los fines de proveer empleo a aquellos jóvenes que han completado una carrera universitaria y que procuran insertarse a la fuerza laboral puertorriqueña; asignar los fondos necesarios para el establecimiento del programa; y para otros fines.

EventoLey
Fecha 7 de Marzo de 2014

(P. del S. 384)

LEY NUM. 36

7 DE MARZO DE 2014

Para establecer el Programa de la Primera Oportunidad de Empleo Juvenil de Puerto Rico, adscrito a la Administración de Desarrollo Laboral como componente operacional del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, a los fines de proveer empleo a aquellos jóvenes que han completado una carrera universitaria y que procuran insertarse a la fuerza laboral puertorriqueña; asignar los fondos necesarios para el establecimiento del programa; y para otros fines.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Puerto Rico atraviesa uno de los momentos de crisis económica más serios de su historia. La situación actual de nuestra economía es preocupante. Se ha identificado la falta de empleo como una de las principales causas de esta crisis. Por ello, crear mecanismos que fomenten mayores oportunidades de empleo es la política pública de la presente administración.

Las estadísticas de desempleo son más preocupantes cuando vemos que la falta de empleo afecta principalmente a nuestros jóvenes profesionales. Nuestros jóvenes recién egresados de universidad enfrentan la dura tarea de tratar de obtener un empleo en un mercado de oportunidades muy competitivo. Lo peor es que la elevada tasa de desempleo entre jóvenes altamente cualificados se ve afectada por la falta de experiencia laboral que, de ordinario, es uno de los criterios más importantes al momento de contratar al prospecto.

La realidad es que en Puerto Rico el nivel de empleo de los jóvenes ha disminuido considerablemente en los últimos cinco años. Para el año 2011, el número de jóvenes empleados fue estimado en 94,000. Esta cifra representó el 8.8% del empleo total registrado en ese año (1,074,000). No obstante, entre los años 2007 a 2011, el mercado de empleo de Puerto Rico se contrajo en un 13.5% equivalente a 167,000 empleados menos. En el caso de los jóvenes la baja registrada para este periodo fue de 27.2 por ciento; lo que demuestra que la cifra de empleo de los jóvenes está en franco descenso. Para ilustrarlo podemos ver que entre los jóvenes de 20 a 24 años bajaron su nivel de empleo de 105,000 a 82,000 en el periodo 2007-2011, y de 24,000 a 12,000 en el grupo de edad de 16 a 19 años, para el mismo periodo.

La tasa de empleo de los jóvenes (relación empleo juvenil/población juvenil) para el año 2011 fue de 17.2%. Esta proporción es 0.2 punto porcentual menos que la registrada en el 2010 (17.4%) y 7.4 punto porcentual menos que en el 2007 (24.6%). Esto significa que menos de dos de cada diez jóvenes estaban empleados en el 2011, uno menos que hace cinco años. Por grupo de edad, este indicador fue de 4.9% en el segmento de 16 a 19 años y de 27.9% en el grupo de 20 a 24 años.

El estimado total de personas desempleados en el año 2011 fue de 200,000, de los cuales el 20.0% fueron jóvenes. En los últimos cinco años el número de jóvenes sin empleo y buscando trabajo activamente aumentó de 37,000 en el 2007 a 40,000 en el 2011. Como consecuencia la tasa de desempleo juvenil creció de 22.4% registrada en el 2007 a 29.7% en el 2011. Actualmente los jóvenes representan el grupo de edad con la tasa de desempleo más alta entre las personas hábiles para trabajar (16-19 años; 35.8%) y (20-24 años; 28.6%). Estas tasas de desempleo son al menos casi dos veces mayor que la registrada por la población adulta de 25 a 54 años (15.3%).

El desempleo es un mal social muy complejo ya que no solo es un problema de carácter económico, sino que es una de las causas principales de otros males sociales. Entre estos se encuentran, la criminalidad; la economía subterránea, que al ser informal no paga contribuciones al Estado; la merma de la actividad económica y comercial ante la falta de poder adquisitivo de un sector de la población; problemas de salud mental, la “fuga de cerebros” (también conocida como “fuga de talentos” o “migración altamente calificada”) y otros serios problemas que empobrecen la calidad de vida de la sociedad puertorriqueña. El costo social y económico que supone preparar jóvenes como ingenieros, maestros, médicos, enfermeros/as y otras carreras u oficios y no lograr que permanezcan sirviendo al País es demasiado alto para quedarnos cruzados de brazos.

Estamos conscientes de que, en el pasado, esta Asamblea Legislativa ha dado prioridad a la atención de la falta de experiencia laboral del joven profesional como una de las situaciones que crea dificultad a la hora de entrar al mercado laboral. Precisamente para atender esa situación...

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