UNA LIBERTAD LIMITADA

Por Yaritza Santiago Caraballo

En otro escenario: feligreses de la denominación Testigos de Jehová enfrentan trabas para llevar su mensaje de salvación a hogares ubicados en urbanizaciones con control de acceso.

Tercer caso: dos jóvenes activistas proindepedencia son asesinados en el Cerro Maravilla en lo que se presume fue por motivos políticos.

Estos tres casos son algunos ejemplos de que en Puerto Rico no se cumple a cabalidad con el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece que toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

Este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, la libertad de manifestar su religión o su creencia tanto en público como en privado por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

A juicio del presidente de la Comisión de Derechos Civiles, Osvaldo Burgos, este es uno de los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que mayor controversia crea en la Isla, principalmente cuando se trata de la libertad de pensamiento que incluye el de índole político.

En ese sentido, recordó que en la Isla hay un historial de represión política contra los activistas independentistas y otros grupos que avalan el separatismo de Estados Unidos, pues por años los han tildado de terroristas y revoltosos.

"En la medida que los ciudadanos piensan como piensa la mayoría del estado de derecho prevaleciente no hay problema. El problema está cuando la forma de pensamiento se aparta de los otros", dijo.

"Tenemos un Oscar López que lleva 32 años en la cárcel, el caso del Cerro Maravilla, hubo una unidad especializada dentro de la Policía que se dedicó a carpetear desde los años 1950. Todo eso viola ese Artículo 18, porque son formas del Estado reprimir una forma de pensamiento", agregó este licenciado.

El derecho a la libertad de religión y culto tampoco se cumple a cabalidad. Burgos mencionó, por ejemplo, que personas de la comunidad musulmana que residen en la Isla han sufrido discriminación, ya sea porque su vestimenta viola algunos códigos de algunas instituciones públicas y privadas.

Este abogado recordó que hace dos años acudió a los tribunales en representación de una niña mulsulmana que le obligaron a quitarse el velo en la escuela, pues el reglamento de las escuelas públicas no permite usar gorras ni sombreros.

"No es mal visto si una persona tiene una Biblia en su lugar de trabajo o saca un tiempo corto para...

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