Lucha por sobrevivir en la montaña

POR MILDRED RIVERA MARRERO

mrivera1@elnuevodia.com

Lo dicen el alcalde, José A. "Josean" Santiago, el maestro y líder comunitario, Wilson Torres Rosario, el vendedor de periódicos Walter Díaz García, y las hermanas Margarita y Carmen Figueroa.

Y no es para menos pues, en octubre, Comerío registró una tasa de desempleo de 23.1%, lo que colocó al municipio en quinto lugar en personas desempleadas luego de Salinas, Maricao, Adjuntas y Ciales. En ese mes, la relación de personas sin empleo en el país fue 14.7%, según las estadísticas del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. Por décadas Comerío ha sido uno de los pueblos más pobres del país, pero su situación se agrava con la recesión que sufre la Isla desde el 2006.

Para responder la pregunta sobre el estado general del pueblo, y luego de dar un rápido vistazo por las calles limpias del casco urbano, Díaz dijo: "el pueblo está bien, pero lo que hace falta es empleo pa' tó el mundo. Aquí no hay (trabajo), no". Después de repetir la afirmación varias veces, el hombre, que vende periódicos hace 36 años, atendió a un comerieño que detuvo su vehículo y le pagó el diario que le había cogido fiado el día anterior.

Las mejoras en el ornato - con siembra de árboles y flores y pintura de encintado y muros - así como la limpieza de las áreas públicas y el programa de reciclaje que opera en todo el municipio también fueron elogiados por Margarita Figueroa, quien hablaba en una esquina del pueblo con su hermana Carmen durante la visita de El Nuevo Día. Antes de esas expresiones, la mujer, que se confesó del partido contrario al del alcalde, dijo que en Comerío falta otro supermercado que compita con el que hay y tiendas de ropa que no limiten su ofrecimiento a mujeres flacas.

El alto nivel desempleo del municipio, en el que solo sobrevive la fábrica Consolidated Cigar, de tres que hubo en otro momento, es la razón para que muchos se vayan en busca de una mejor calidad de vida, destacó Torres, maestro de la escuela superior Juana Colón.

"Un pueblo de emigrantes", le llamó el educador de historia y sociología a su municipio porque está acostumbrado a ver partir, sin vuelta atrás, a sus estudiantes en busca de un mejor porvenir. El maestro lamentó que la significativa caída de la actividad agrícola sea uno de los elementos que contribuyan a la escasez de empleos, situación de la que se quejó, por separado, el alcalde. Este atribuyó la muerte de la industria del tabaco en su pueblo al cambio en una ley...

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