Con nuevo diploma a los 80 años

Por Sandra Caquías Cruz

scaquias@elnuevodia.com

"No señor. Yo también vengo a estudiar", fue la respuesta de Rosa Mandry, quien el pasado miércoles, a los 80 años de edad, recibió su diploma de técnico de reparación de computadoras con mención honorífica.

Ese no fue el único incidente con sus compañeros de clases, algunos de los cuales podrían ser sus nietos. No faltó el que se molestara porque Rosa Mandry, quien también es fotógrafo, le tomó una foto durante alguna actividad del Instituto Educativo Premier.

"Eso fue una lucha terrible... me sentí como cucaracha en baile de gallina", describió el hombre aquellos primeros días con un grupo de compañeros de estudios 60 años menores que él.

"La lucha mía fue más grande porque yo le sirvo al Señor, pero la ventaja que los cristianos tenemos es que lo ponemos todos en consideración del Señor", dijo el veterano de la Guerra de Corea.

"Al final, yo me gané a esos muchachos", expresó mientras mostraba fotos de los cinco jóvenes que terminaron el curso. La mayoría de los jóvenes no lo completó.

Destacó que algo que los jóvenes le agradecían era que le entregaba las fotos, pero en la parte posterior le escribía un mensajes cristiano. "Estoy convencido de que Dios me colocó allí para ayudar a esos muchachos. Y lo logré. Logré que los muchachos tengan sembrada la semilla. Germinará cuando Dios quiera", dijo.

Rosa Mandry, quien ayer tenía en el mueble de su sala la torre de computadora que recibió al terminar el curso, ha tenido a lo largo de su vida múltiples empleos, pero a todos llegó tras estudios técnicos e incluso por correspondencia, como fue uno de fotografía y otro de mecánica automotriz. También estudió huellas y fotografía legal. Trabajó siete años como detective privado. De esa experiencia recordó que uno de las personas que investigó por infidelidad terminó dándole empleo. Laboró en diversos talleres de mecánica y hasta fue el dueño de uno en el que empleó a cinco personas.

"Yo quería ser ingeniero mecánico y no lo fui porque mi papá no me quiso ayudar", lamentó Rosa Mandry, quien no toma medicamentos ni tiene condiciones de salud que le limiten sus sueños. "Tengo la habilidad de desarmar cualquier cosa", dijo orgulloso.

Narró que esta vez tomó la decisión de estudiar cuando en...

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