De profe a político controvertible

Por Mildred Rivera Marrero

mrivera1@elnuevodia.com

Este profesor universitario de 53 años propone y habla abiertamente de legalizar la marihuana, eliminar las penas de cárcel para quienes sean sorprendidos con cocaína o heroína, defender el derecho de la mujer al aborto, disminuir la jornada laboral sin bajar el sueldo y de hacer realidad la teoría de la separación de iglesia y estado. En la cultura política del país, en la que cada vez más los estrategas y constructores de imagen deciden lo que los candidatos pueden o no pueden decir y en la que las propuestas controvertibles se esconden o se eliminan por miedo a perder votos, las posturas asumidas por el candidato del Partido del Pueblo Trabajador (PPT) no son comunes.

Para él, sin embargo, sus ideas son lo más normal del mundo. Las ha cultivado al amparo de sus estudios universitarios de historia y sociología, de sus interminables lecturas y del contacto con las nuevas generaciones universitarias y con personas que, como él, han defendido la justicia, la democracia, la educación y los derechos de los trabajadores y de las mujeres, entre otras muchas luchas de las que ha participado aquí y en Estados Unidos.

Mientras habla de su niñez, que transcurrió en un barrio cercano a la panadería donde habló con El Nuevo Día, reveló que fueron sus padres quienes le enseñaron, a él y a su hermano y hermana - ambos menores que él - el gusto por la lectura y la aceptación de nuevas ideas. Su padre, farmacéutico que trabajó como tecnólogo nuclear en el Hospital de Veteranos, y su mamá, quien estudió biología pero que trabajó en un banco y luego fue ama de casa, "siempre estaban leyendo. Nos enseñaron a leer por el ejemplo. Y uno de los grandes méritos de ellos es que estaban muy dispuestos a aprender de sus hijos, según traíamos ideas que habíamos oído, las acogían. Siempre han sido personas muy abiertas de mente". Sus recuerdos de esa época también llegan hasta los padres franciscanos que dirigían su escuela y teoriza que sus ideas de una vida austera muy probablemente también influenciaron su visión de mundo.

De ese barrio, entre Río Piedras y Guaynabo, salió para la universidad. Primero a la de Princeton, a estudiar historia, y luego, a la Universidad del Estado de Nueva York, donde cursó sociología. Regresó para terminar su tesis y trabajó en una escuela privada hasta que en 1989 comenzó a laborar como investigador en el Seminario de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico (UPR), en Río Piedras.

Como parte de su trabajo ha escrito varios libros. Por su compromiso social fue portavoz del Frente Socialista y lideró protestas contra grupos dirigidos por el Padre Welsh, que atacaron clínicas de planificación familiar en los 90, contra la privatización de la telefónica, y apoyó la huelga de la Federación de Maestros en el 2008, entre otras.

Fue en esa ocasión que el entonces superintendente de la Policía, Pedro Toledo, le llamó "agitador". Las críticas no eran nuevas y, aunque lo quisieron caracterizar como una persona violenta, asegura que no lo es. "No soy de estilo agresivo. Todo lo contrario, soy una persona más bien tranquila. Si yo no me involucro en luchas y huelgas y situaciones conflictivas es porque no me queda más remedio, porque hay que luchar contra la injusticia", afirma Bernabe, quien no tiene hijos y mantiene una relación con la también profesora universitaria...

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