Protégelos de los agresores sexuales

end.croldan@elnuevodia.com

"Un papá o una mamá con 'issues' sobre su propia sexualidad a veces no se siente preparado o con herramien tas para hablar con sus hijos. Evitan el tema y esto crea un vacío en el niño y promueve que piense que la sexualidad es algo malo sobre lo cual no se puede hablar o preguntar", señala Glorimar Maldonado, trabajadora social del programa de Prevención de Agresión Sexual (PAS) de Taller Salud.

Coincide con la trabajadora social Odette Rivera Rivera al apuntar que en muchos hogares todavía persiste el hermetismo respecto al tema o, peor aún, el diálogo disfrazado que redunda en confusión para los chicos. Los propios padres le enseñan a los menores a llamar sus partes privadas con nombres inventados, les regañan si se tocan o inventan historias para explicar conceptos básicos.

En su práctica ofreciendo talleres y charlas en escuelas a padres e hijos las trabajadoras sociales encuentran pequeñas que llaman "bizcochito", "pájara" o "semillita" a su vulva. Por regla general, observan que para los chicos el tema del sexo es tabú o tiene connotaciones negativas. Algunos apunta sencillamente que "es malo" o "una fresquería".

"No se ven con frecuencia hogares donde se hable abiertamente de sexualidad. Los padres parten de la premisa de que es un tema para adultos pero la realidad es que hay empezar a dialogar con ellos desde pequeñitos", sostiene Odette Rivera Rivera, quien ofrece charlas de prevención a niños entre los 6 a los 13 años, también a través de PAS.

El abordaje de la sexualidad comienza con acciones. Cuando los padres le preguntan a las trabajadoras sociales cómo pueden prevenir que sus hijos sean víctimas de agresores sexuales ellas comienzan por recomendar mucha cautela con las personas que eligen como cuidadores de sus pequeños. También aconsejan transmitir el mensaje de que sus partes íntimas son privadas promoviendo que, desde niños, se cambien de ropa en privado en lugar de frente a otros adultos o niños como a veces es la norma.

Cuando los pequeños comienzan a hablar y los padres a enseñarles a nombrar las partes del cuerpo no es aconsejable llamar a la vulva y al pene con sobrenombres. De igual forma, es fundamental enseñarles que, al igual que el resto de su físico, nadie tiene derecho a jugar o hacerles daño a esas partes.

"Desde pequeños hay que explicarles a los niños que no es permitido que nadie juegue con sus partes privadas o hacerle algo que les duela, les incomode o les haga sentir mal"...

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