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mildred rivera marrero

mildred.rivera@gfrmedia.com

"Los y las adolescentes atraviesan varios cambios a la vez: fisiológicos, emocionales y cognoscitivos. Varios estudios neurológicos indican que el cerebro de los y las adolescentes no se ha desarrollado por completo y que la última parte que se desarrolla es la corteza pre-frontal. Esta corteza está a cargo del juicio, planificación y manejo de emociones. Sin embargo, las partes del cerebro a cargo de la coordinación física, las emociones y la motivación ya están desarrolladas en la adolescencia. Están maduros y listos para algunas situaciones y eventos, y para otras, no", explica la pasada presidencia de la Asociación de Psicología Escolar, María Rolón Martínez.

En esa etapa, la familia juega una función vital para que los jóvenes puedan formarse porque ahí tienen sus modelos de vida y es en ese núcleo donde deben encontrar las personas que los aman, los escuchan y los apoyan, pero también deben ser quienes los disciplinen, les den una estructura, les inculquen valores y les enseñen a tener responsabilidad, entre otras.

Cuando eso no existe, como tantas veces, es importante que haya otros apoyos sociales, ya sea por parte de otros familiares, conocidos, la escuela u otras instituciones. "Estudios indican que la presencia de un adulto significativo con el que el o la joven haya creado un apego positivo se asocia con la capacidad de resiliencia, o habilidad para poder sobrellevar situaciones difíciles. Este adulto puede ser un familiar, maestro, entrenador o mentor", destaca Rolón.

Es cuando no existe un círculo familiar adecuado cuando el estado debe intensificar su intervención educativa y social para ayudar a la formación de ese ciudadano y evitar que caiga en conductas de riesgo. Sin embargo, eso no siempre ocurre y en los pasados años, en la escuela pública, específicamente, esos apoyos han mermado, explican sicólogas, trabajadoras sociales y encargadas de instituciones que ofrecen educación alternativa. También es el relato de adolescentes que han sufrido la enorme carencia de un círculo familiar apto para su formación y que luchan por salir adelante.

La adolescencia es, también, el periodo en el que usualmente muchos jóvenes comienzan a tener conductas de riesgo, experimentan con alcohol, tabaco y drogas y dejan la escuela, como demuestran estadísticas del gobierno.

Esa fue la experiencia de Jensen R. Santaliz Delgado, residente de un complejo de vivienda pública en Caguas, cuya vida...

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