Una tragedia aérea que aún duele

Por Jorge L. Pérez

jperez@elnuevodia.com

Carmen Rosa, quien, a la edad de 24 años, era la jugadora de más edad y capitana del equipo, recordó que había viajado el día anterior a Puerto Rico para representar al voleibol femenino en la Cena Olímpica que estaba programada para el domingo.

La jugadora, que había participado con el resto del sexteto boricua en una serie de fogueo contra el equipo dominicano en preparación para los Juegos Centroamericanos que ese año se celebrarían en Ciudad de Panamá, regresó a la Isla en compañía del presidente de la Federación de Voleibol, José Nicolás Palmer.

Pero las restantes 12 jugadoras y el dirigente del equipo, Juan Ramón Loubriel, se encontraban entre los 97 pasajeros en el vuelo que el domingo despegó a las 6:30 p.m. del Aeropuerto Las Américas en un avión que contaba con cinco tripulantes.

En el vuelo viajaba también Teo Cruz, quien dos años antes se había convertido en el primer dominicano en ganar un título mundial de boxeo profesional al derrotar en el Estadio Quisqueya al puertorriqueño Carlos Ortiz para conquistar el cetro de las 135 libras.

Cruz, quien tenía 32 años y había vivido en Puerto Rico, viajaba para visitar a unos parientes junto a su esposa, Mildred Ortiz y sus dos hijos.

Igualmente viajaba una modelo a la que se identificaba como novia del entonces actor y futuro astrólogo Walter Mercado.

Del mismo modo viajaban la esposa, la hija y una hermana del general y expresidente dominicano Antonio Imbert Barrera, reconocido como héroe nacional en su país por haber sido uno de los responsables de matar en 1961 al dictador Leonidas Trujillo.

En distintas fuentes se mantiene incluso hoy en día la información de que El Gran Combo debía abordar ese avión, pero sus integrantes optaron por no hacerlo cuando uno de los músicos se negó a subir al avión diciendo que el vuelo le daba mala espina.

Hace unos días, sin embargo, el director de la legendaria orquesta salsera, Rafael Ithier, explicó lo que en verdad ocurrió: "Nosotros estábamos en Venezuela, donde habíamos ido a tocar, y llegamos a Santo Domingo al día siguiente del accidente", sostuvo. "De allí debíamos viajar entonces a Puerto Rico y, naturalmente, nos dijeron que el día antes había ocurrido esa tragedia".

"Sí sentimos un poco de temor, como era natural, pero tomamos el vuelo".

Para abonar a ese temor, apenas tres días antes del accidente, otro avión de Dominicana se había estrellado en un vuelo interno, con 12 muertes.

El DC-9...

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