Tranquilos... y desempleados

POR DANIEL RIVERA

daniel.rivera@elnuevodia.com

Allá en lo alto de las montañas borinqueñas se levanta Maricao, un pueblo tan tranquilo que por un lado casi no tiene crimen, pero que, por otro lado, tampoco tiene comercio. Un municipio de difícil acceso, pero hermosos paisajes verdes donde el café es rey.

"Tranquilo, es un pueblo tranquilo, aquí todavía se puede vivir con las puertas abiertas. Trabajo aquí no hay suficiente, no hay comercio, pero yo mi pueblo no lo dejo", dijo Carmen Morales, quien se gana la vida con un trabajo a tiempo parcial en el centro de cuido del municipio.

La estilista Gisela Cruz, cuyo esposo trabaja en la única fábrica del pueblo, describió como "regular" la situación de Maricao, un pueblo sin cooperativa, sin farmacia, sin médicos especialistas como pediatras y con un banco que cierra al mediodía.

"(Las cosas) no están tan buenas, no hay mucho progreso en el pueblo. La economía en cuanto a empleos está bien pero bien difícil", afirmó Cruz.

"Aquí no hay comercio", reconoció el alcalde Gilberto Valentín.

Las cifras son elocuentes y se ajustan a lo que dicen los vecinos: hay un desempleo de 21% -uno de los más altos en la Isla-, una deuda pública de $ 11 millones ante un presupuesto de $ 6 millones y una población de 6,276 personas, la segunda más baja del país. La cifra de asesinatos en lo que va del 2012 -y por varios años consecutivos- ha sido cero.

"Válgame Dios, eso (los asesinatos) aquí es algo que no se ve", dijo el agente Henry Rivera, de la Policía Estatal.

El alcalde Valentín -en su sexto término en la alcaldía- remodeló recientemente a un costo de unos $ 2 millones la casa alcaldía, con vitrales que muestran imágenes de lugares como Hacienda Juanita, Salto Curet y la Torre de Piedra (los dos últimos, sitios con potencial turístico aún no explotado). La casa alcaldía es el único centro de movimiento en la periferia del pueblo, con excepción de un cafetín.

El alcalde lamentó que no ha podido cobrar patentes a las antenas de celular y televisoras que se benefician de la altura del monte del Estado, donde opera el centro vacacional, la única hospedería del pueblo y que pertenece al Gobierno estatal. Aseguró que planifica comprar la quebrada Hacienda Santa Juanita y que construirá una posada en un antiguo edificio de madera en el pueblo, aunque habla de esa idea al menos desde 2007, según el archivo de El...

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