VÍA LIBRE A LA EXTORSIÓN TELEFÓNICA

Por Limarys Suárez Torres

lsuarez1@elnuevodia.com

Mientras tanto, cada vez más personas, incluyendo -de forma asombrosa- a políticos, jefes de agencias, empresarios y figuras prominentes, sufren las consecuencias de caer en la trampa de la extorsión que confinados orquestan desde las cárceles del país.

Recientemente, se dio a conocer que el presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Miguel Muñoz, y el exjefe de la Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles (ACAA), Julio Alicea, cayeron en la trampa de llamadas telefónicas que les hicieron individuos que se hicieron pasar por el secretario de Asuntos Públicos de La Fortaleza, Jorge Colberg Toro, y ambos aprobaron el pago de cheques sin darse cuenta de que se trataba de un timo.

Asimismo, fuentes de El Nuevo Día han indicado que otras figuras públicas del país han caído en esta trampa y actualmente los responsables del timo están en la mira de las autoridades federales.

El constitucionalista Carlos Ramos, profesor de derecho en la Universidad Interamericana, señaló que el tranque entre la ley federal y la estatal será un asunto que el Primer Circuito de Boston tendrá que balancear, y verificar si hay espacio en la regulación federal para que Puerto Rico pueda atajar el problema del uso de celulares prepagados para cometer crímenes.

"Evidentemente, debe haber un gran esfuerzo de buscar unos espacios en la ley federal donde los estados o territorios puedan resolver el problema, como ocurre en Puerto Rico, del mal uso de los teléfonos prepagados", comentó Ramos.

"Ojalá el Circuito entienda que Puerto Rico necesita ese espacio".

"No hay duda de que los portadores de celulares tienen unos intereses de proteger su intimidad, pero hay que buscar el balance con el asunto de la seguridad" agregó.

Según el teniente Roberto Ferreira, de la División de Robo, muchos confinados se dedican a buscar información de sus víctimas utilizando a sus propios familiares.

Los confinados les solicitan a sus propias familias y amigos averiguar teléfonos, propiedades y detalles personales de quienes se convertirían en sus futuras víctimas y, al final del día, cuando se ejecuta la extorsión, les pagan a sus ayudantes una porción del dinero obtenido de forma ilegal.

"Los extorsionadores están mayormente en la cárcel. Tienen 'satélites', que es como se le llama a la familia de ellos que se encarga de ir a la calle a preguntar a los vecinos detalles de las víctimas", explicó Ferreira. "El fin es...

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