Para rozar el cielo

Por Mariana LafontEspecial para De Viaje

Para adquirir los boletos de tren faltaba la autorización del gobierno de Tibet. Asimismo, necesitábamos permisos específicos para ingresar a cada zona que quisiéramos recorrer. Desde un principio sospeché que este viaje hay que planificarlo con tiempo y apoyo de un agente experto.

El caso es que al margen del papeleo sólo alcanzamos billetes para butacas, no en cama, lo que nos anunciaba un viaje duro en un trayecto de sobre cuatro mil kilómetros, a lo largo de 48 largas horas... ¡en posición vertical! No importa, pensamos. El caso es que la experiencia prometía... y mucho.

Imaginar nada más que además del tren más rápido del mundo -el Maglev de...

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