De la depresión a la recuperación

GUSTAVO VÉLEZ

ECONOMISTA

El entendimiento de la realidad económica del País, por más cruda que sea, es importante por varias razones. En primer lugar, como pueblo, no podremos resolver este problema sino entendemos su complejidad y magnitud. Desde el comienzo de la recesión en el 2006, amplios sectores del mundo empresarial y gubernamental despacharon el asunto como una mera caída cíclica, similar a las tres anteriores que ha tenido la Isla desde la década del 1950. Sin embargo, mientras más se agudizaba la contracción, de forma tardía, se comenzó a entender que la anomalía económica era el resultado de problemas estructurales unidos a factores coyunturales locales e internacionales.

El carácter estructural de la actual crisis está vinculado al desgaste del modelo económico, al colapso del andamiaje industrial, a la casi insolvencia del gobierno y la incapacidad del aparato productivo de generar nueva actividad económica. Aunque la economía ya mostraba signos de debilidad desde el 2001, no es casualidad que el deterioro económico se intensificó en el 2005, justo cuando terminó el período de desfase de los incentivos contributivos federales.

La anomalía económica ha tenido varias fases.

La primera ocurrió entre el 2006 y el 2008, marcada por el cierre del gobierno, la degradación de la deuda pública y la implementación del Impuesto de Venta y Uso.

En verano del 2008, el precio del petróleo llegó a $148 el barril, lo que acabó de complicar el panorama económico. Más tarde en el 2008, llegó el desplome de los mercados financieros y el inicio de la profunda crisis en la que cayó la economía de Estados Unidos, lo que tuvo un efecto en la crisis local.

La segunda fase de la depresión económica, transcurre entre el 2009 y el 2011, y coincide con la implementación de la Ley 7 y las medidas de austeridad fiscal habilitadas por la pasada administración. Si bien es cierto que estas medidas tenían como meta evitar una degradación crediticia, tuvieron el efecto de agudizar la caída económica, aunque los $7,000 millones en fondos ARRA ayudaron a mitigar la crisis.

No es hasta el 2012 que la economía muestra una tendencia hacia la estabilización pero que aparentemente no será por mucho tiempo, ya que los indicadores más recientes demuestran que la economía está comenzando a debilitarse nuevamente.

El problema de fondo de la actual depresión es la falta de producción.

Desde el punto de vista macroeconómico, hay una reducción en la demanda por inversión, lo...

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