Sentencia de Tribunal Supremo de Justicia - 49 D.P.R. 396

EmisorTribunal Supremo
DPR49 D.P.R. 396

49 D.P.R. 396 (1936) PUEBLO V. CELORIO

TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO

El Pueblo de Puerto Rico, demandante y apelado,

v.

Rosa Celorio Vda.

De Tizol, acusada y apelante.

No.: 5852

Sometido: Diciembre 18, 1935

Resuelto: Enero 17, 1936.

Sentencia de R. Sancho Bonet, J. (Arecibo), condenando a la acusada por el delito de Injuria y Calumnia (Slander). Confirmada.

E.

Pérez Casalduc, abogado de la apelante; R. A. Gómez, Fiscal, abogado de El Pueblo, apelado.

El Juez Asociado Señor Córdova Dávila, emitió la opinión del tribunal.

Rosa Celorio fué acusada de un delito de injuria y calumnia (slander) por Fernando Mariani. Se alega en la denuncia que la acusada, maliciosa y voluntariamente, expuso al ridículo y menosprecio público a la esposa del denunciante, Amanda Marín de Mariani, dirigiéndole ciertas palabras injuriosas que se especifican en la referida denuncia.

La corte de distrito declaró culpable a la acusada, condenándola a satisfacer cincuenta dólares de multa. Contra esta sentencia interpuso recurso de apelación la referida acusada, alegando que la corte inferior cometió error al declararla culpable y decidir que las frases que se le atribuyen fueron dichas con la intención maliciosa de hacer creer a los oyentes que la supuesta perjudicada fuese una mujer de conducta deshonesta y de exponerla con tales dichos al ridículo y menosprecio públicos.

Para resolver la cuestión planteada por la parte apelante es necesario examinar las palabras que sirvieron de base a la corte inferior para dictar su fallo, juntamente con la prueba practicada.

Las alegaciones de la denuncia aparecen sostenidas por dos testigos: el denunciante y su esposa,

quienes vivían en una casa que queda muy cerca de la que entonces habitaba la señora Celorio. La prueba demuestra que entre ambas familias ocurrió un disgusto motivado por una pelea habida entre una pequeña niña de los esposos Mariani y otra de la acusada, señora Celorio. Los testigos de la defensa sostienen que el origen de ese disgusto fué el hecho de haberle pegado con las manos la señora Mariani a una hija de la señora Celorio. La señora Mariani declara que la acusada se asomó a una de las ventanas de su casa, diciéndole en alta voz las frases siguientes: "Oye, Amanda, sinvergüenza, hija de la gran puta, sal para afuera, no eres más que una canalla, un cuero sucio," añadiendo que su marido era un boca abajo. El denunciante, Fernando Mariani, dice que la acusada dirigió a su esposa las siguientes palabras: "sinvergüenza, hija de la gran puta, ¿quién es Amanda Marín?, una puta mala, un cuero sucio," y que su marido era un boca abajo.

Arguye la defensa que aun admitiendo que la acusada apelante dijera a la señora Mariani que era una puta mala y todas las demás frases que se le...

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