En contra del Acta Jones

Vicente Feliciano

Economista

Los defensores del Acta Jones aceptan que el costo de los barcos norteamericanos es mayor que los fabricados en astilleros extranjeros y que las tripulaciones estadounidenses implican un costo mayor que tripulaciones internacionales. Sin embargo, argumentan que estas desventajas más que se compensan con los beneficios de rutas directas entre Puerto Rico y los Estados Unidos, más el beneficio de manejar contenedores de 53 pies en vez de 40 pies como en las rutas internacionales.

La primera falla en el argumento es que en la ausencia del Acta Jones, las mismas compañías que ofrecen las rutas directas ahora y los contenedores de 53 pies, podrían seguir ofreciendo exactamente el mismo servicio, solo que más barato.

La segunda falla en el argumento es que no toma en cuenta el costo que representa servir la ruta de Puerto Rico con barcos obsoletos que datan de hace más de 30 años. El Acta Jones no aplica a barcos cruceros. En ese segmento se ha dado una relación simbiótica entre las compañías de cruceros construyendo barcos cada vez mayores y la Autoridad de los Puertos ofreciendo la infraestructura para manejar estos grandes barcos. Los barcos contenedores que sirven la Isla son pigmeos comparados con los buques modernos internacionales.

La tercera falla en el argumento es que la naturaleza proteccionista del Acta Jones impone ineficiencias en que los buques van llenos en la ruta hacia Puerto Rico y con poca carga en la ruta hacia los Estados Unidos. Esta ineficiencia se les pasa a los consumidores. En teoría un barco internacional podría detenerse en Puerto Rico, recoger carga en la Isla, y continuar lleno hacia los Estados Unidos. Bajo el...

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