Aferrados a su fe durante esta Semana Mayor

GUÁNICA.- Hace 14 meses que la parroquia San Antonio Abad, en Guánica, cerró sus puertas. Inesperadamente, fue inundada por el silencio y el vacío. Atrás quedaron las alabanzas, los saludos, las risas de los niños y la prédica para el espíritu.Fue mucho lo que se resquebró tras aquella madrugada del 7 de enero del 2020 cuando la tierra tembló con particular intensidad para el sur del país, dejando a su paso una estela de dolor, incertidumbre y temor, sentimientos que a un año de la tragedia aún se pueden palpar entre las desoladas calles del pueblo costero.Los golpes han sido muchos, confesó el párroco del pueblo Segismundo Cintrón Orengo. Por eso, esta Semana Mayor cobra un especial significado para él y sus feligreses. Es un tiempo que han dedicado a reafirmar una fe que -aunque jamaqueada- se mantuvo fuerte."Esta Semana Santa implica para nosotros un acompañamiento, una vivencia como pueblo y como comunidad. Configurar nuestras expectativas dentro de la fe, dentro de ese encuentro profundo y hacer más sólida, más firme lo que es la participación", sostuvo el sacerdote, con 32 años de vocación.La Iglesia católica en Guánica perdió la parroquia y las cinco capillas que habían sido levantadas a través de los años gracias al esfuerzo de las comunidades donde están asentadas. Todas las edificaciones sufrieron daños estructurales que continúan bajo evaluación e impiden su reapertura por motivos de seguridad."Puedo decirte, francamente, que en el caso de nuestra comunidad ha sido un despertar. Hemos tenido un gran compromiso por parte de los fieles, una asistencia considerable en todas las actividades y lo más importante es que los fieles han demostrado la valentía y el coraje para seguir adelante, para levantarse; y una devoción increíble", señaló Cintrón Orengo que hace cinco años funge como párroco del pueblo.Hoy, las misas se celebran al aire libre en la plaza pública, a pasos del templo. "Estamos a la intemperie, a la merced de las inclemencias del tiempo, del sol, de la lluvia y del viento. Pero, lo más importante de todo ha sido la respuesta positiva por parte de la gente que ha perseverado", afirmó.A simple vista pareciera que la parroquia -edificada en el 1846- no sufrió daños mayores. Sin embargo, tanto en su interior como en las áreas laterales de la estructura se pueden observar unas grietas que, según han determinado expertos, pudieran representar daños para la estructura.Cintrón explicó que la Diócesis de Ponce contrató una...

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