Alerta ante el maltrato

La falta de acceso a suministros, a servicios y a la atención médica, su frecuente explotación financiera, así como la negligencia y el abandono de la que es víctima la población de edad avanzada fue otra de esas realidades del país que el paso del huracán María develó con la misma brutalidad con la que nos mostraba un paisaje devastado.

En el inicio de la temporada de huracanes, las agencias que atienden a los adultos mayores siguen en el proceso de encaminar medidas dirigidas a impedir los problemas de seguridad y acceso a servicios que este sector de la población experimentó durante el ciclón y que, por su edad, condiciones de salud y dependencia, también está en una posición más vulnerable que otros grupos poblacionales.

Al tiempo en el que se trabaja con soluciones prospectivas, todavía muchos residentes de la tercera edad en todos los municipios de la isla enfrentan condiciones deplorables por la falta de energía eléctrica, agua potable, así como caminos y carreteras inservibles, entre otras fallas de infraestructura y de disminución de servicios.

“Todavía hay gente en comunidades del interior de la isla que no tienen luz. Algunos no tienen mucho acceso para ir a sus médicos porque todavía hay muchas carreteras dañadas. Esto crea desesperación. Cada día nos llegan casos de personas que están viviendo en condiciones infrahumanas”, declaró la procuradora de las Personas de Edad Avanzada, Carmen Delia Sánchez.

Aumentan las querellas

En los meses que le sucedieron al huracán María, el cuadro era crítico. Recientemente, El Nuevo Día reveló que el 68% de las personas que murieron entre septiembre y diciembre del 2017 eran mayores de 70 años. A su vez, en esos meses de octubre y noviembre, la Oficina del Procurador de las Personas de Edad Avanzada (Oppea) recibió un alza sin precedente de querellas de maltrato y en la comisión de delitos contra esta población.

En solo dos meses, se registraron 5,545 quejas, un alarmante aumento en comparación con el total de 12,682 querellas sometidas de octubre de 2016 a septiembre de 2017. Se dispararon, sobre todo, las querellas por negligencia y explotación financiera.

“El huracán afectó la calidad de vida (de los adultos mayores), su bienestar, pero también sufrieron de explotación financiera por parte de gente que se aprovechaba. Aumentaron los delitos como el fraude y el abandono, y eso se tradujo en querellas frente a nosotros”, explicó la funcionaria.

El Departamento de Justicia creó el mes pasado...

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