Más allá de la recreación

Mientras familias y parejas se divertían en las líneas de la extrema derecha de la bolera Paradise Lanes en Puerto Nuevo, Eisam Hussein Echevarría se concentraba para completar un juego perfecto con una última chuza al otro lado de la instalación.Integrantes de la Liga Housing, una de las más antiguas en la isla, pidieron silencio y sacaron sus celulares para grabar el momento en que el joven de 24 años tumbó nuevamente los 10 palos de un disparo para sumar 300 puntos y acabar la partida a su favor entre aplausos.Hussein Echevarría, un estudiante universitario de administración de empresas, forma parte del programa nacional de bolos desde los 16 años y en días recientes vive motivado por la gesta alcanzada por sus homólogos Jean Francisco Pérez y Cristian Azcona, ganadores de un oro histórico como dupla en los Juegos Panamericanos de Lima."Es seguir trabajando duro para estar a ese nivel. Hay que seguir practicando", dijo el participante en Juegos Iberoamericanos y de la Concecabol (Confederación Centroamericana y del Caribe de Bowling)."Ese logro de Jean y Cristian nos pone como un deporte, como se supone que sea. Mucha gente ve esto como un pasatiempo y son muchas horas de trabajo, muchas prácticas, y sacrificios para poder estar en ese nivel", agregó Hussein Echevarría en entrevista con El Nuevo Día.Al igual que Hussein Echevarría, tanto Pérez como Azcona se desarrollaron en la Paradise Lanes, fundada en los años 60, y considerada por expertos como una "bolera de jugadores" más que una zona de recreo.El propio Pérez, quien además se colgó una presea de bronce en sencillos en Lima, reconoce la importancia de la instalación para pulir sus destrezas en boliche."Cuando era niño, comencé en Cupey, cuando estaba la de Levittown, donde mi papá estuvo muchos años en esa bolera. Después, en Paradise. Ahí fue que me desarrollé", indicó Pérez desde Lima.Azcona también creció en Paradise Lanes, recordó Kelvin Rodríguez, exentrenador de la Selección Nacional y encargado del local New Era Pro Shop por la pasada década."Cristian es un muchacho que desde chiquito tenía mucha pasión por el deporte. Yo comencé mi negocio en Caguas y recuerdo que él me llamaba para que lo recogiera y venir. Veníamos y practicaba. Siempre supo que lo quería hacer era jugar bolos", rememoró Rodríguez.Tras el logro panamericano de Pérez y Azcona, sumado a las preseas conquistadas en las pasadas ediciones de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Rodríguez ve más entusiasmo...

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