Alma bohemia, corazón vibrante

París

Por Jesús Hernández

Lugar donde el director francés Jean Pierre Jeunet realizó el filme 'Amelie' hace 10 años y perdura el recuerdo de los grandes de la pintura Salvador Dalí, Claude Monet y Vincent van Gogh, entre otros. Todo esto coronado por una colina donde predomina la Basílica de Sacré Coeur. Información detallada que puedes obtener en el portal cibernético Montmartre-Paris-France.com si hablas o entiendes el francés.

Sólo luego, cuando saciemos la curiosidad por Montmartre, podremos seguir la ruta que nos lleva por el resto de la ciudad. Trayecto que podemos coordinar si consultamos el portal Parisinfo.com en internet.

Temprano en la mañana, cuando la ciudad apenas despierta, sugerimos ir a Porte de Clignancourt y visitar el mercado popular. Un trayecto que se puede cubrir en tren por la línea 4 del metro capitalino. Buen punto para comenzar una larga caminata que te llevará por el boulevard Ornario donde gentes de muchas nacionalidades protagonizan el diario vivir. Se produce aquí una mezcla de culturas realzadas por lenguas tan diversas como el árabe, cantonés y turco que parecen interactuar con el grato sonido del habla gala e incluso la española.

Es un entorno definido por fachadas y letreros que anuncian una rica cocina internacional mucho más económica, así como dulcerías populares francesas y la siempre bien admirada gastronomía gala.

De aquí continuamos y sugerimos seguir por Barbés, hasta llegar a Rue Custine, donde se revela el París auténticamente bohemio y señorial sin aditivos foráneos. Un entorno igualmente repleto de locales comerciales y combinados por la presencia de tiendas, algunas galerías de arte y muchos restaurantes que anuncian el plato del día.

Es el lugar preferidos por amigos, pintores y músicos para darle rienda suelta a la conversación. Los mismos lugares que fueron frecuentados por los pensadores y artistas de otras épocas, o comienzos del siglo pasado, que usaron el barrio para provocar el pensamiento y la inspiración.

En Rue Mt. Cenis, donde el buen vino es tan popular como el crepé con chocolate, están las escaleras que conducen a la colina y puerta ancha de Montmartre. Una balconeta prácticamente natural donde el placer puede ser dado por algo tan sencillo como contemplar los tejados de la ciudad adornados por buhardillas y abundantes chimeneas.

"No hay mejor lugar para disfrutar el día", comentaba Pierre Bonnet, un joven pintor que acude al lugar cada mañana para dar color al entorno en cada...

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