'Apagan fuego con gasolina'

La versión en el barrio es que cuando Antonio (nombre ficticio) llegó a su casa, lo sorprendió uno de los sicarios del punto de drogas. Aquel era el final temido por casi todos en el vecindario.El hombre, de mediana edad, había denunciado a un hampón de la droga por un asesinato y una serie de tiroteos ocurridos en el vecindario, y cuando el bichote se enteró, lo amenazó de muerte.Las primeras amenazas llegaron con mensajes indirectos. Luego se veían carros extraños frente a la residencia y el trabajo de Antonio. Luego, los maleantes del punto comenzaron a lanzar disparos de advertencia frente a un negocio que Antonio frecuentaba. Eran recordatorios de que su cabeza estaba próxima en la lista."Él decía que no les tenía miedo; que no podían dejarse amedrentar por el tipo", relató uno de sus allegados. El Nuevo Día conoce la identidad de los implicados en el caso, pero por la seguridad de los sobrevivientes, se determinó no identificar a las personas ni a la comunidad en la que se desarrollaron los hechos.Antonio no pudo ni desenfundar el arma que cargaba con la esperanza de que le sirviera de protección contra los maleantes. La Policía la ocupó intacta al examinar el cuerpo abatido por media decena de tiros.Al menos, en ocho instancias, el hombre denunció ante la Policía los disparos y las amenazas en su contra. Las ocasiones en que alertó telefónicamente sobre una amenaza, Antonio esperó por largas horas y los policías nunca llegaron. Solo las veces en que acudió físicamente al cuartel, le tomaron la querella, pero estas se quedaron solo en el papel. Nunca fueron investigadas. A raíz de esto, en el barrio se especulaba que el hampón era protegido por algunos oficiales de la Uniformada.La comunidad, que hace apenas 15 años era vibrante, dinámica y unida, quedó desarticulada. Cada cual busca su propia seguridad, máxime cuando Antonio no era el único con un precio en su cabeza. Todo aquel que le había hecho, de algún modo, frente al narco, había recibido una amenaza. Algunos, inclusive, hacían arreglos para mudarse de allí, relató un vecino."Después de los primeros tiroteos, y ahora con esto, la gente tiene miedo. Y esto no es nuevo. Ya son años con el tipo amenazando a medio mundo y nadie hace nada. Ni la Policía estatal ni la municipal. Nadie", sostuvo.Todos allí saben quién es el responsable de la violencia. Todos tienen algún tipo de testimonio sobre distintos hechos que implican al hampón en ilegalidades. Algunos no hablan por miedo a...

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