Apuesta al país desde la filantropía

Lourdes R. Miranda Martínez aceptó hace mucho tiempo la etapa que vive a sus 80 años y decidió ver "el vaso medio lleno y no medio vacío"."Parte del asunto es hablarse a uno mismo (y decir) esta es la etapa en que estoy, que uno está viejo. Es la palabra correcta", afirma la filántropa y fundadora de Miranda Foundation, quien se dedica a respaldar financieramente entidades no gubernamentales que procuran mejorar la calidad de vida del país en diversos aspectos.Reconoce que con los años crece la lista de cosas que no puede hacer o para las cuales tiene que hacer modificaciones, y señala que "tengo achaques, tengo insomnio, tengo visitas médicas, se me olvidan cosas, especialmente nombres, no tengo tanta energía... La lista de ‘no’ es larguísima. Pero la lista de ‘sí’ es mayor. Tengo más compasión, puedo hablar más francamente y no me censuro tanto, tengo el tiempo para decidir qué hago con él, tengo el lujo de poder ayudar y acercarme a otros, valoro más la amistad. La lista es tan larga. Vamos a olvidarnos de la de ‘no’ y vamos a enfocar en esta de los ‘sí’. Hay que mantenerse positivos".Lo dice una mujer que sigue activa trabajando en la fundación que estableció, en 1992, con el propósito de respaldar organizaciones no gubernamentales que hacen labor en las áreas de justicia social, derechos de la mujer, derechos humanos, cultura y arte."Uno tiene que fortalecerse, cada día es un nuevo día. Hay que llevarlo lo mejor que se puede. Me puedo arreglar y salir a la calle y caminar, aunque sea de aquí a la esquina. No viene fácil, pero uno tiene que hacer el esfuerzo de salir. Uno puede preguntarse si había algo en mi vida que quería hacer y no lo hizo. Si era cocinar, pues coger una clase de cocina o estudiar, o hacer trabajo voluntario. Yo, cuando me retire espero viajar un poco más y viajar con mejor preparación de los viajes, informarme mejor", anticipa Lourdes, quien también aboga por hacer ejercicios para prevenir caídas y fortalecer el cuerpo. Ella camina y va al gimnasio varios días a la semana.En su apartamento, de cara al mar y con su perrita Shakti, Lourdes explica que abrir la fundación respondió a su deseo de devolver parte de lo que la vida le dio."Desde joven tenía ese deseo de servir, de aportar, y según pasó el tiempo, vi que la vida me había sonreído y quería pasarlo para adelante, no solamente en el sentido material sino en el sentido de experiencia. Por eso estoy aquí. Creo que tenemos esa responsabilidad", afirma Lourdes...

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