El arte no tiene vacaciones

Por Tatiana Pérez Rivera

tperez@elnuevodia.com

"Lo más bello es ver cómo nace la confianza en ellos y aceptan el reto de lograr la buena escritura", explica Mariana García Benítez, quien impartió el taller de cuento que impulsa el Salón Literario Libroamérica.

"Les señalo cuando tienen que mejorar algo y lo toman de muy buena fe; termina siendo una experiencia bonita", agrega García cuyos alumnos oscilaban entre los 35 y 70 años.

En la Casa Concha ofrecieron además talleres de escritura creativa y a audiencias jóvenes a cargo de autores como Alejandro Álvarez o Zulma Ayes.

"La dinámica siempre incluye presentar escritores universales y locales que han sobrepasado la era del tiempo -en mi caso cuentistas desde Edgar Allan Poe a Pedro Juan Soto- para que enttiendan cómo lograron la excelencia", explica García.

Poca práctica tenían los once participantes en el Verano Breve que ofreció Lucienne Hernández, integrante del colectivo Teatro Breve, para instruir en la creación de personajes.

"Era para mayores de 16 años pero hicimos excepciones con dos adolescentes", acepta Hernández, "siempre es cuestión de descubrir algo nuevo".

Si bien algunos tenían experiencias de talleres de improvisación a cuestas, la mayoría partía de cero. Y mientras mayor la edad, más advertencias de que "esto no es lo mío".

"Por lo general quieren aprender cómo se hace lo que siempre ven como público pero quieren que los dirijan. Hicieron varios ejercicios y después escribían libretos cortos. Por ejemplo, los envié a buscar personas hablando por teléfono en Santurce para luego inventarse el resto de la conversación. Al principio, esas cosas le parecían raras", señala la actriz.

El romance que desarrollan los actores con su profesión durante sus años universitarios, lo experimentan los participantes de los talleres.

"Ese clic lo viven ahora porque en algún momento esto les ha picado la vena. Me ha gustado mucho el trabajo en equipo que están realizando. Ya aprendieron que uno no puede sabotearse y que las líneas son una excusa para comenzar algo", propone.

Tres cortos escritos, producidos, dirigidos y realizados por sus 27 participantes es el saldo del Taller Cinemático que dirigió Carla Cavina y coordinó Víctor González en la Sala-Teatro Beckett.

"Ahora se están editando y el 1 de septiembre los presentaremos a las 7:00 p.m. en la sala", dice sobre la culminación de la sesión veraniega que contó con asistentes entre 14 y 25 años.

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