Asocian ayudas sociales con una mejor salud

Para una participante del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), de 53 años y residente en Caguas, recibir esta ayuda es “un dolor de cabeza menos”. Sin embargo, asegura que con los $112 que recibe al mes, se le dificulta hacer una selección nutritiva, como comprar frutas y vegetales, por su alto precio.

“Nos falta, como sociedad, aprender a comer más saludable. Hay quien no tiene ni nevera en su casa. Necesitamos educarnos”, expresó la mujer, que recibe esta ayuda gubernamental hace cuatro años por una incapacidad física. Pidió que se le identificara solo por su apellido, Ortiz.

María Ortega, también de Caguas, coincide en que los $130 que mensualmente recibe del PAN son una cantidad limitada, que tiene que estirar para maximizar su compra de alimentos.

“Me ayuda, pero no es suficiente porque lo que recibo de Seguro Social es bien poco. Soy diabética, tengo colitis y gastritis y trato de mantener la dieta cuando hay chavos para comprar, pero soy mañosa. Además, es difícil comprar cosas saludables”, comentó Ortega, de 78 años, quien dijo estar en espera de cuánto dinero del PAN recibiría este mes, luego del aumento a esta ayuda prometido por el gobernador Ricardo Rosselló durante un año.

Un estudio realizado en conjunto por la Universidad de Johns Hopkins y la Universidad de Maryland encontró que este tipo de programa social asiste a sus participantes a tener mejor salud, al identificar entre ellos menos hospitalizaciones que personas que no reciben el beneficio. El estudio se realizó en 68,956 residentes de Maryland, mayores de 65 años, también asegurados de los programas Medicare y Medicaid.

El análisis advierte que tener esta asistencia gubernamental garantiza acceso a la compra de alimentos, lo que le quita el peso a este sector poblacional –en el que predomina una alta tasa de pobreza– a tener que escoger entre comprar alimentos, adquirir medicinas que necesiten para tratar sus condiciones de salud o cumplir con otras necesidades de salud o compromisos financieros que tengan.

Según el estudio, esta ayuda, que en Estados Unidos se da a través del Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP), reduce la inseguridad alimentaria, lo que está asociado a una peor calidad dietética y a un aumento en obesidad, condiciones crónicas y más riesgo de hospitalizaciones.

“El estrés financiero o la falta de dinero adecuado para necesidades básicas está asociado a una mortalidad más temprana y a mayor riesgo de desnutrición e incapacidad, lo que...

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