'Mi aspiración a la gobernación no es sobre mí'

Carmen Yulín Cruz llegó a esta entrevista con su libro "El poder está en la calle", que publicó en 2010. En aquellos tiempos, Cruz llevaba apenas dos años como representante por acumulación electa por el Partido Popular Democrático (PPD). Había llegado a ese puesto luego de varios intentos fallidos de ser electa como representante de distrito de San Juan, ese bastión del Partido Nuevo Progresista (PNP) que, sin embargo, de vez en cuando se las juega y elige alcaldes populares.Desde entonces, se veía a Cruz apuntando alto. Era en 2010 una legisladora novata. Pero ya tenía millaje participando en protestas en la calle, en movimientos comunitarios y en luchas sindicales. En el libro, ya hablaba de los temas que hoy la acompañan como un mantra: asamblea constitucional de status, diversificación de fuentes de energía, apoderamiento y autogestión ciudadana, tratar la adicción como problema de salud, reconstrucción del servicio público, entre otros.Dos años después de la publicación del libro, un accidente de la historia la llevó a ser candidata a alcaldesa de San Juan.Héctor Ferrer tuvo que retirarse tras verse involucrado en un incidente de violencia doméstica. Era ya febrero del año electoral. El deseo de Cruz siempre fue ser alcaldesa de San Juan. El PPD no la quería, pero, siendo ya febrero del año electoral y habiendo un rival como Jorge Santini, que parecía invencible, no sobraban los aspirantes al sacrificio. Cruz alzó la mano y, en la sorpresa más grande de aquellas elecciones, acabó con el reinado de 12 años de Santini en San Juan.Seis años y pico después, Cruz está otra vez ante la historia.Esta vez no es accidente.Tras una larga y mayormente solitaria y secreta ponderación, el viernes anunció su candidatura a la gobernación por el PPD.Por muchas de las razones ya expuestas aquí, su candidatura sacudió el espectro político. Va a enfrentar, de nuevo, una cúpula popular de la que no es secreto que nada en simpatías por ella. Si ganara, va a exponerse ante un país que muy a menudo abre grandes los ojos cuando oye palabra asociadas a las ideas de Cruz (soberanía, sindicalismo, derechos de minorías). Trae, ante ambos, seis años de San Juan, la caótica capital, donde siempre hay un rincón maloliente que reprocharle, sin una obra grande, de las que se pueden tocar, para mostrar.En esta entrevista, ella apuesta, sin embargo, a que el país cambió tras el paso del huracán María lo suficiente como para escuchar, y apoyar, ideas como las que ella trae, de las que antes se hablaba solo en piquetes.¿Cuándo tomó la decisión de a qué puesto aspirar?—El miércoles en la noche estoy en San Lorenzo hablando con un grupo de personas. Una mujer joven me dijo: "Mire, alcaldesa, lo que pasa es que Puerto Rico necesita esperanza y la juventud necesita poder saber que la van a escuchar". El padre de esa joven me dijo: "Yo no le voy a decir lo que usted haga porque usted tiene los pantalones bien puestos, pero le voy a preguntar, ¿cómo usted se sentiría el día después de las elecciones si por usted haber tomado un camino que es más fácil para usted, Ricky...

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