ATENTO A LA CONCIENCIA

Por Ángel Darío Carrero

Cuando trata de resumir en pocas palabras la realidad del País que pretende gobernar ejerciendo este tipo de liderazgo, piensa inmediatamente en la desesperanza: "Siento -dice- que el pueblo tiene sobradas razones para no esperar. Los políticos lo han defraudado. La desesperanza se ha apoderado del País y se expresa de muchos modos".

También cree que hemos llegado hasta el límite a niveles económicos, pues estamos abocados a gastar la riqueza, sin dedicarnos a crearla. Todo ello de la mano, no de una ausencia de valores, sino de una cuestionable sustitución de los mismos.

García Padilla reconoce que su voluntad de cambiar el derrotero que lleva el País se topará con un escollo fundamental: el gobierno permanente. Sin embargo, cree que el gobierno es transformable: lo pudo palpar cuando fue secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO). Entiende que no cambiará si los gobernadores siguen contemplando o malgastando su poder, en lugar de ejercerlo en favor de una agenda ciudadana.

Lo anima la capacidad que todavía existe en nuestro pueblo para indignarse ante la injusticia y, por tanto, de reconocer el camino del bien y de la solidaridad. Confía en las capacidades intelectuales y el talento ínsito de los puertorriqueños en tantos campos. Acepta que existen varias generaciones que han vivido dentro de una cultura de dependencia, pero cree que podemos revertir ese movimiento, acentuando en todos los frentes el valor, la dignidad y la exigencia de la educación y el trabajo. Insiste en que el puertorriqueño es trabajador y le gustan las cosas de calidad, por tanto, habría que dar accesos y apostar a esos valores desde el mismo gobierno, en lugar de torpedearlos.

Resulta realmente significativo que un partido que ha fomentado históricamente la dependencia, tenga en la voz de su nuevo líder, como meollo de su programa, el trabajo, el apoyo al empresarismo, la combinación racional entre solicitud de ayudas y disponibilidad para laborar. Alejandro quiere que Luis Muñoz Marín vuelva a sonreír -más allá del cuadro emblemático de Rodón-, en la realidad del pueblo.

De salir electo, la primera semana de su gestión como gobernador establecerá unos cambios dramáticos que marcarán el paso del cuatrienio. Pero Alejandro se resiste a hablar de la primera semana y prefiere hacerlo del primer día: "El 2 de enero no será un día de fiesta para mí. Yo no quiero celebrar y gastar tiempo dando saludos, quiero empezar a trabajar...

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