Boricuas dan la mano a sus vecinos

TAMPA, Florida.- Que esta zona esté en el epicentro del azote del huracán Irma no ha desanimado a una de sus comunidades, cuyos residentes, liderados por dos boricuas, se han tomado muy en serio eso de que “más vale el vecino cerca que el hermano lejano”.

Denmore, en el área de Riverview, es una comunidad multicultural, de bonitas y espaciosas casas, en la que los vecinos se alejan de ese estilo de vida americano, que se caracteriza porque cada cual vive en la burbuja de su residencia, donde no existe otro mundo que las cuatro paredes donde orbitan sus moradores.

Son varios los héroes aquí, pero María Ortiz Lleras, natural de Cayey, y Javier Palacios, de Carolina, han encabezado un esfuerzo para que las residencias de los vecinos estén lo mejor preparadas posible para lo que asoma.

Y la situación es muy seria para algunas zonas de Tampa, luego que el huracán Irma diera un giro al oeste. Esto implica que el cuadrante derecho del meteoro, donde se acumula la mayor fuerza, amenace con quedar sobre el centro de la Florida, donde se estima que viven más de un millón de puertorriqueños.

Ayer, 260,000 personas estaban en procesos de desalojar de forma obligatoria áreas vulnerables a inundaciones, ya que se esperan entre seis y ocho pulgadas de lluvia y se teme que el huracán produzca una marejada ciclónica de entre tres y cinco pies.

Los que no se refugiaban, abandonaban la zona moviéndose más al norte. Cerca del mediodía, era evidente el tráfico pesado de vehículos de Tampa a Orlando.

Así, valiéndose de la comunicación instantánea que proveen las redes sociales y los mensajes de texto, María y Javier llevan cuenta sobre quién necesita ayuda para colocar unas tormenteras de lona, que son la pieza de protección principal para las casas de esta comunidad construida hace apenas cinco años.

“Al tiempo que trabajamos en nuestras respectivas casas, vamos ayudando al vecino”, contó Ortiz Lleras al explicar que, si bien se trata de una pieza de lona, está diseñada para amortiguar el impacto de cualquier objeto que salga disparado por el viento, al tiempo que ayuda a contener la entrada del agua que impulsen las ráfagas del huracán. El desarrollador de esta comunidad incluyó las lonas con la compra de la vivienda.

Unos vecinos se unieron para pagar el alquiler de una grúa que ayudó a instalar las lonas en el segundo piso de algunas residencias. Los que no podían ayudar con la complicada tarea de tapar puertas y ventanas, colaboraron preparando alimentos. Y...

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