El bosque en la noche

Por Camile Roldán Soto

end.croldan@elnuevodia.com

El Centro Ambiental Santa Ana en Bayamón alberga en sus 200 cuerdas de bosque urbano un aperitivo de este drama nocturno. Donde antes se sembró caña y se almacenaron armas militares hoy habita flora y fauna, parte de ella nativa y en peligro de desaparecer. Es posible descubrir esta riqueza. Sentirla, escucharla, olerla y aprender de ella.

El bosque urbano sirve de laboratorio para especialistas en el estudio de la naturaleza, pero también de aula abierta y activa para niños y adultos de todas las edades. Es igualmente un sitio de esparcimiento. Espacio para desconectarse de la rutina.

Eliezer Nieves y Dayamiris Candelario, intérpretes del bosque, sirven de guía a los interesados en vivir la experiencia de día y también en la noche. A través de recorridos guiados relacionan a la gente con este entorno de una manera interesante y creativa. Persiguen poner "aunque sea un granito de arena" a la conciencia colectiva para la protección del ambiente.

Es jueves del mes de junio y junto a ellos y a un grupo de jóvenes comenzamos a caminar. Ya que el cielo aún regala luz, aprovechamos para visitar la oficina del centro. Es un antiguo búnker habilitado. A modo de introducción Dayni -como se apoda nuestra guía- nos invita a repasar algunos cadáveres de invertebrados que durante nuestra travesía podríamos encontrar. Hay una piel de boa, escarabajos y un alacrán. También la pelusa llena de semillitas que un árbol "inteligente", conocido como palo de balsa, suelta cuando quiere reproducirse.

La mesa exhibe restos de arrecifes de coral y pedacitos de artículos en barro. Además de servir de hábitat para los animales, el bosque es una suerte de registro histórico y arqueológico vivo.

"Aquí hemos encontrado restos de vasijas utilizadas por taínos. Entre ellas un conchero de los que utilizaban los tainos para alimentarse", comenta Dayni. "Se trata de evidencia vulnerable ante la construcción desmedida", precisa.

Cae la noche. Salimos del centro y, antes de adentrarnos, los guías aclaran que este es un bosque secundario. Aunque su vegetación copiosa nos recuerde a El Yunque, este es un bosque nuevo. Quiere decir que tras ser usado para otros propósitos, la vegetación hizo lo que mejor sabe: renovarse. A pesar de la actividad agrícola y militar todavía guarda muchas especies de flora y fauna endémica, además de ser importante para conservación de otros ecosistemas. Lógicamente, en naturaleza todo funciona en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR