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El comienzo de un curso escolar se convierte en un acontecimiento de importancia familiar.

Los progenitores o encargados, compran uniformes, libros, bultos y otros artículos escolares.

El entusiasmo contagia a todos. Altas esperanzas surgen con relación a cómo el estudiante enfrentará la nueva experiencia educativa.

Las expectativas del logro escolar auguran un éxito académico.

Ese primer día es para estrenar los artículos comprados, lucir el uniforme, saludar a los compañeros y conocer los nuevos maestros.

No obstante, en algún momento durante el curso escolar, esa alegría y entusiasmo disminuye y trastoca el panorama anticipado convirtiendo a éste en uno confuso y desalentador.

La complejidad del reto se complica.

Esto provoca desánimo.

Algunos evitan intentar un esfuerzo.

Entonces, debemos preguntarnos: ¿qué aspectos podemos reflexionar para evitar este nuevo escenario?

A continuación se enumeran algunos puntos relevantes que se pueden considerar:

Primero: Los padres son agentes proactivos en el aprendizaje de sus hijos.

Esto significa que deben estar atentos a las señales de dificultad escolar para buscar ayuda.

Segundo: La comunicación entre los padres y maestros es clave para que todo el proceso educativo se conduzca de manera eficaz, responsable y compartida.

Tercero: Con relación a la motivación, debe identificarse qué aspectos...

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