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Un cóctel de habilidades

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Vincent

NANNY TORRES

ntorres1@elnuevodia.com

De ordinario es el individuo que le sirve la bebida favorita a uno en la barra. Pero un "bartender", además atiende un cóctel de situaciones en las que, frecuentemente, ejerce de filósofo, consejero, sacerdote y hasta de médico. Y si hay alguien que conoce al dedillo esta multiplicidad de funciones, ése es Gene Velázquez, quien fue "bartender" por 22 años del exclusivo Club Admiral de American Airlines.

Cuando aceptó el trabajo de "bartender" (o "steward", como se le conoce a esa posición en el club, dado que la estructura laboral es similar a la de un barco), Gene no sabía preparar ni un trago. Ni siquiera había degustado uno, ya que Gene nunca fue amante de la bebida. "Una vez lo intenté y me quemó la garganta", dice riendo. Mas el no conocer de bebidas espiritosas y tragos exóticos no fue inconveniente para conseguir el empleo. Su experiencia como cocinero y dueño de colmados, además de su dominio del inglés, le valieron la confianza de su nuevo patrono.

Natural del barrio Matuyas Bajo, de Maunabo, a los 15 años se montó con su familia en la guagua aérea rumbo a Brooklyn, Nueva York. Por un año asistió a la escuela, pero la precaria situación económica en el hogar lo obligó a trabajar y no pudo concluir sus estudios secundarios.

Su primer empleo fue como cocinero en un "deli" judío en donde laboró por varios años, antes de adquirir una bodega. Frustrado por los constantes robos, varios a mano armada, vendió el negocio. Años después se dio una segunda oportunidad y estableció otra bodega, la que bautizó "Second Chance Superette". Ésta se la vendió a un árabe por $ 50,000, dinero que le entregó el comprador en una bolsa de papel. "A los 29 años ya yo tenía una propiedad salda en Nueva York", recalca orgulloso.

Su deseo de permanecer en la Gran Manzana se tronchó debido a la artritis reumatoidea que afectaba a su esposa. En busca de un mejor clima, regresó a la Isla con ella y sus tres hijos, y se estableció en Humacao. Acostumbrado a ser su propio jefe, adquirió un colmado en Bayamón. Con el devenir del tiempo su esposa falleció y Gene contrajo nupcias con María Gutiérrez, viuda también, con la que lleva casado 22 años.

Años después un cliente le llevó una solicitud de empleo de la reconocida aerolínea para trabajar como "bartender". Como requisito se requería que el solicitante tuviera dominio total del inglés. Eso no amedrentó a Gene porque si algo se propuso y logró en Nueva York, fue aprender ese...

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