La colonia es cosa mala

ANTONIO QUIÑONES CALDERÓN

ESCRITOR Y PERIODISTA

Lo del pasado miércoles 17 de julio fue un nuevo episodio de "federalización colonial" (¿vale esa frase?). El Gobierno federal le leyó la cartilla al del territorio: en lo adelante, así será como se dirigirá y operará la Policía; así actuará la Policía para "garantizar que la ciudadanía estará libre de ser víctima de fuerza excesiva, registros e incautaciones ilegales o discriminación sistemática por parte de los policías". ¡Adiós mis cuartos¡ ¿Pero no es eso precisamente lo que corresponde constitucionalmente al gobernador de Puerto Rico como comandante en jefe de la Policía a través de su superintendente?

Dejémonos de eufemismos: la Policía de Puerto Rico quedó federalizada. Con monitor y todo y con el ojo avizor de un juez federal. Clap, clap, clap, aplaudieron desde todos los flancos oficiales.

No fue algo inédito. En 2007, un juez federal, Daniel Domínguez, les dijo al entonces secretario de Agricultura, José Fabre, y al de Asuntos del Consumidor, Alejandro García Padilla (que ahora encabeza el gobierno mandado), cuál sería el precio de la leche fresca y el de la UHT y cuánto tenían que pagar las plantas lecheras a los ganaderos por cuartillo; eso, luego de declarar inconstitucional las regulaciones locales (nacionales, dicen por ahí) que protegían la leche UHT. Clap, clap, clap, aplaudieron los funcionarios del territorio.

Los secretarios de Agricultura y del DACO se resignaron a la federalización de la leche. "Estamos tratando el asunto como una emergencia y cuánto tiempo va a durar esa emergencia, lo va a determinar la oferta y la demanda", dijo el entonces jefe del DACO. "Y el tribunal federal", seguramente que agregó alguien a quien no le gustan los eufemismos.

Años antes, en 2000, la Food and Drug Administration federal le impuso al Departamento de Salud las normas para el manejo de alimentos en los establecimientos que elaboraran y sirvieran productos alimenticios. Una de las nuevas normas, impuestas so pena de desacato, prohibió el uso de los tradicionales pilones de nuestra industria artesanal para servir el sabroso mofongo en nuestros restaurantes, por "constituir una amenaza a la salud del pueblo". El funcionario que anunció las nuevas...

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