Colosal el desafío en el área de salud

Acostada sobre una camilla, Irma Valentín Cordero, de Carolina, esperaba ayer por ser dializada, tratamiento que no recibía desde el lunes antes del paso del huracán María por Puerto Rico.

“Tengo la boca reseca. Me siento mal”, dijo la mujer residente en un cuido de personas mayores en Carolina, quien ayer llegó hasta el Centro de Diálisis Fresenius, en Cupey, en ambulancia, luego de ser trasladada a otros dos centros de esta compañía que ayer no estaban en funcionamiento.

Aunque se desconoce cuántos de los 6,000 pacientes de diálisis que hay en el país han logrado recibir tratamiento, se sabe que hay pacientes de ciertos pueblos, como Orocovis, Adjuntas, Utuado, Morovis y Aguada, que no han podido dializarse.

Con gran pesar en su rostro, Luis Emanuelli, vicepresidente regional de Fresenius en Puerto Rico, lamentó ayer que algunos de ellos incluso podrían estar muertos ante la falta de este tratamiento que es vital para personas con fallo renal pues los ayuda a filtrar la sangre para eliminar los desechos peligrosos del cuerpo, exceso de sal y agua.

“Los pacientes de diálisis se han visto bien afectados”, comentó una paramédica que prefirió no ser identificada, quien resaltó cómo, cada vez que traslada en ambulancia a algún paciente de diálisis, debe acudir a varios centros hasta encontrar alguno que pueda atender al enfermo.

Según informó Emanuelli, ya 26 de los 28 centros que opera esta compañía en Puerto Rico están en funcionamiento, algunos -incluso- desde el viernes pasado, pero todos dependen de los abastos de diésel que tengan.

“Ya hay 26 centros que logramos levantar, pero están operando intermitentemente por la logística (de contar con abastos) de diésel y agua”, dijo Emanuelli.

Los dos centros que no han logrado reabrir son los de Canóvanas, por graves daños en su infraestructura, y Arecibo, debido a la falta de un generador. Mientras esto se resuelve, los pacientes de Canóvanas se están atendiendo en el centro de Río Grande y los de Arecibo, en el Hospital Cayetano Coll y Toste, aunque con restricciones ya que se les limitó el uso del agua.

Emanuelli reconoció que la dificultad en conseguir gasolina es un problema que enfrentan los pacientes y sus empleados. Además, resaltó los escollos que han enfrentado para conseguir abastos de diésel que aseguren el funcionamiento de los centros, dilema compartido con los centros de Atlantis, la otra compañía que también ofrece servicios de diálisis en la isla. La situación, dijo, se está...

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