consternación por tragedia en jayuya

"Todos lloramos".Una excursión familiar para acompañar a una niña de 10 años en una jornada para hacer una asignación escolar sobre las zonas históricas del pueblo de Jayuya, culminó con la trágica muerte de su progenitor a media mañana del domingo, en el área del río Saliente donde se encuentra La Piedra Escrita.El director de la Oficina de Manejo de Emergencias de Jayuya, Edilberto Santiago, fue uno de los primeros en llegar a la icónica zona turística, pero en instantes se topó con la realidad de que no se trataba de un rescate, sino de la recuperación del cuerpo de Reinaldo Ramos, de 41 años. Mientras de fondo, resonaban los gritos de la niña rogando por ayuda para su papá.Todavía con los sentimientos a flor de piel y la voz entrecortada, Santiago narró que rescatistas, personas civiles, policía, bomberos y los artesanos que se encuentran en la entrada de la atracción, se unieron para intentar salvar la vida y proteger a los familiares y amigos, entre los cuales había otra menor y personas de edad avanzada."En el proceso de hacer una asignación, la niña de unos 10 años, había ido a diferentes zonas turísticas que comprenden culturalmente el histórico pueblo de Jayuya, a tirarse fotos e iban hacia la zona turística que se conoce como el Museo El Cemí y Casa Canales, en la falda de Tres Picachos del barrio Coabey. Cuando pasaron, encontraron La Piedra Escrita atractiva, que es el área donde se encuentran los petroglifos taínos en el mismo caudal del río y bajaron a tomarse las fotos", rememoró Santiago, a base de la información ofrecida por testigos y familiares.Mientras se fotografiaban, una de las niñas resbaló y Reinaldo evitó que se cayera, pero se le desprendió una carterita. El hombre oriundo de Hormigueros la fue a recoger y se deslizó hacia un área profunda del río de unos 20 pies de profundidad.A esa hora se encontraba Neylán Ortiz, quien había llegado al lugar junto a su esposo como parte de los paseos domingueros. Minutos antes había coincidido con la familia afectada, al estacionarse al lado. No se conocían, pero se saludaron.Neylán y su pareja bajaron primero por el paseo tablado, hicieron un recorrido de cinco minutos y se tomaron sus fotos.Al ver que el grupo familiar se aproximaba y ver que Reinaldo se sentó sobre las piedras para echarle agua fría en las manos a las niñas, para que sintieran la experiencia, el matrimonio decidió regresar para darles su privacidad, para que compartieran en familia."Cuando voy subiendo...

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