La criminalidad de la política

ENRIQUE TOLEDO

ESPECIALISTA EN ASUNTOS DE DESARROLLO

Por ejemplo, en 1929 el 68% de la tierra cultivable era controlado por cuatro (4) empresas estadounidenses que acumulaban el 40% de la riqueza agrícola del País. Asimismo, el 80% de la industria del tabaco, el 60% de las utilidades y los bancos y el 100% del negocio naviero era controlado por empresas estadounidenses.

El poder político era monopolizado por un gobernador elegido por el presidente de Estados Unidos y consentido por una legislatura controlada por alianzas políticas que respondía a los intereses azucareros.

Bajo esas condiciones de extrema exclusión, emergió la violencia política durante la década de 1930. De ahí la muerte del primer nacionalista en la escalinatas del Capitolio en 1932, las huelgas cañeras del 1934, la masacre de Río Piedras del 1935, la muerte del jefe de la policía Riggs del 1936, la Masacre de Ponce del 1937 y el atentado contra el gobernador Winship del 1938. Esta violencia fueron actos políticos ya sea para mantener, o cambiar, las ESyP que provocaban las condiciones paupérrimas del puertorriqueño.

Dicha violencia iba a persistir hasta la década de 1980, pero sería desplazada paulatinamente por una "despolitizada" donde otros serían sus protagonistas (aunque el Estado siempre participaría).

La "nueva" violencia de los excluidos estaría íntimamente ligada a las ESyP que posibilitaron las Operaciones Manos a la Obra y Estado Libre Asociado. Para 1950, la Tasa de Criminalidad Promedio (TCP) fluctuaba en 6.4 crímenes por cada 100,000 ciudadanos. Pero en los 1960 se disparó a 21.0. ¿Por qué aumentó la criminalidad cuando el crecimiento económico promedio de dicha década fue de más de un 6%?

Primero, porque la expansión económica aumentó las expectativas de ingreso y consumo pero no las oportunidades económicas de la mayoría de la población.

En 1950, unas 601,000 personas estaban empleadas pero para 1960 había solo unos 558,000. Los que pudieron emplearse aumentaron considerablemente sus ingresos, pero los que no tuvieron que...

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