Criminalidad, política y pobreza

GAZIR SUED

DOCTOR EN FILOSOFÍA

Para estos "ideólogos" de la realidad social, la causa principal de la criminalidad es la pobreza y la "desigualdad social", y el pobre, pues, un criminal en potencia.

Esta racionalidad/irracionalidad, que domina el discurso político sobre la cuestión criminal, ha sido desmentida por la realidad misma, que es mucho más compleja de lo que hacen creer. Y es que no existe una relación causal o mecánica entre la condición de pobreza y la criminalidad. Asimismo, tampoco son "necesidades" esenciales o vitales las que animan las violencias criminales, y ni siquiera los delitos menores. A toda cuenta, los más empobrecidos se resignan, mendigan y rezan, mientras que los pillos y maleantes más dañinos y violentos en nuestra sociedad salen de entre las personas que más tienen, privilegiados y bien educados, profesionales, de familias funcionales y militantes de la cristiandad.

Además, la experiencia histórica ha demostrado que el acceso a mayor poder adquisitivo, es decir, a dinero o bienes y recursos materiales, no redunda en una disminución mecánica de la violencia criminal. Las raíces psicológicas de ésta no tienen su tiesto fijo en la condición económica, y eso ya Freud se lo reprochaba a Marx...

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