La crisis de la democracia

LUIS G. COLLAZO

PROFESOR UNIVERSITARIO

La "falsa" democracia que sustentamos ha generado la disfuncionalidad social que hoy sufrimos. Es el resultado natural de un modelo democrático en el que la corrupción ha dado un golpe de estado a la dignidad de la gestión gubernamental y al valor de la solidaridad humana.

No debe extrañarnos tal hecho. No podemos pedirle peras al olmo, porque bien juzga el aforismo bíblico: "Todo lo que el hombre sembrare, eso cosechará". El gran problema de la democracia lo constituye la avaricia depredadora y el desamor que genera el sistema económico (entiéndase el Drácula del mercado). Estas conductas le son inherentes y necesarias a un sistema de lucro carente de escrúpulos.

Los males sociales -criminalidad, disfunción familiar-conyugal, violencia, adicciones, entre otros males-, que hoy distinguimos como síntomas son la manifestación lógica de un síndrome sociopolítico que ha evolucionado a una metástasis que parece irreversible.

Los altos niveles de violencia, adicciones, divorcios y criminalidad nos deben provocar indignación, pero no nos deben tomar por sorpresa. El modelo político económico actual carece de las estructuras y los fundamentos para construir una nueva sociedad sana y solidaria.

Hay quienes hoy proponen sustituir el modelo democrático basado en...

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