Crisis en el PENTAGRAMA

Por Ana Teresa Toro. ana.toro@elnuevodia.com

En tiempos un poco más recientes, estas dos palabras se han vuelto a encontrar en los grandes escenarios de la música clásica a nivel internacional. Orquestas sinfónicas de renombre como la de Cincinnati o la de Filadelfia han atravesado crisis que han puesto en jaque su supervivencia; orquestas como la de Nuevo México o la de Florida desaparecieron recientemente, en España la crisis en las temporadas y en los presupuestos ya han sido llamados una "sinfonía de recortes 'in crescendo'", plazas de importante tradición musical como Holanda han sufrido la reducción de una partida de un 24% en fondos destinados a la cultura (que representan alrededor de 250 millones de dólares para esos fines), además de un aumento de más del doble del porcentaje que se cobra por concepto de impuestos en las entradas.

Lo mismo se ha visto en plazas como Alemania, patria de Bach, Beethoven y Wagner, un lugar donde conviven poco más de 130 orquestas sinfónicas (casi una cuarta parte del total de orquestas a nivel mundial) que se sostienen con la nada tímida cifra de 2.6 mil millones de dólares anuales. Después de todo, se trata de una tradición musical indispensable para el turismo y fuente absoluta de orgullo patrio. Pero hace más de una década el Gobierno alemán ha comenzado a retirar poco a poco los subsidios a muchas de estas orquestas y el número de músicos empleados se ha reducido en un 18%.

Esos son algunos de los casos más notables en Europa, pero en Estados Unidos la cosa pinta aún más dramática pues, mientras en prácticamente todo el continente europeo y en buena parte de América Latina, el Estado subvenciona casi en su totalidad estas instituciones, en EE.UU. el apoyo público no sobrepasa -cuando se recibe- un 30%.

Esta vez la crisis viene de un lugar mucho más peligroso: la base. Y aunque uno de los modelos luce mejor aspectado, ninguno de los dos parece tener la respuesta. Por un lado el modelo anglosajón, en el que las orquestas operan como instituciones privadas, sin fines de lucro o con presupuestos a base de fondos de inversión (los famosos "endowments"), se vio seriamente cuestionado ante la crisis económica reciente cuando muchas de estas orquestas perdieron su solidez fiscal y poco a poco fueron perdiendo el apoyo del sector privado que por años las ha sostenido. Asimismo, el modelo europeo -que también aplica a Puerto Rico- ha sufrido los recortes que los distintos gobiernos han tenido que hacer a...

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