Cuesta arriba para el gobierno y las empresas erradicar la violencia de género

El año fiscal pasado, la rama Judicial de Puerto Rico recibió 10,267 solicitudes de órdenes de protección al amparo de la Ley 54 de Violencia Doméstica y se radicaron 2,024 casos por supuestas violaciones a dicho estatuto.Los números, obtenidos de la Oficina de Administración de Tribunales (OAT), son tan altos que si fueran a dividirse por cada día del año, durante el año fiscal 2019-20, la rama Judicial de Puerto Rico recibió una solicitud de orden de protección cada 50 minutos y se radicó un caso criminal por supuestas violaciones a la Ley 54 cada cuatro horas, aproximadamente.No todas las órdenes de protección y casos radicados representan una víctima. No todas las órdenes de protección se otorgan finalmente y no todos los casos criminales terminan en condenas.En el año fiscal pasado, según las cifras de OAT, la rama Judicial emitió unas 3,521 órdenes de protección finales. De los casos resueltos en el año fiscal 2019-20, aproximadamente, seis de cada 10 resultaron en condenas, dos casos se archivaron y uno resultó en absolución. En ese año fiscal la rama Judicial resolvió unos 1,621 casos.Las cifras de la OAT dejaron en asombro a tres entrevistadas por Negocios, quienes llevan una vida dedicadas a combatir lo que también podría describirse como una plaga. Pero las expertas hicieron otra observación: la mayoría de las víctimas de violencia de género y específicamente, de violencia doméstica, no llegan al tribunal y cuando llegan es porque llevan largo tiempo a merced de sus opresores.Más bien, según Verónica Rivera Torres, Mayra López, y la Procuradora de la Mujer, Lersy G. Boria, la falta de recursos y entendimiento por parte del estado y los distintos componentes de la sociedad en torno a la violencia de género han contribuido a tragedias como los casos recientes de Keishla Rodríguez y Andrea Ruiz Costas.Pero la violencia de género, en especial la violencia doméstica, aseguraron las entrevistadas, tiene efectos que trascienden los peligros que corren las víctimas y estos, no ocupan titulares. Se trata de efectos que duran años, a veces, toda la vida. El saldo de la violencia en el estado de salud mental y físico de la víctima, sus hijos y allegados, la pérdida de estabilidad económica, la pérdida del empleo o la limitación para ascender en la escalera profesional y hasta la baja en productividad en las empresas."La gran mayoría de las mujeres nunca buscan esa orden (de protección). Esa es la norma. Por eso es que es tan impresionante cuántas somos. La mayoría no busca una orden, no radica una querella. La mayoría dice: ‘Me divorcio’", dijo Rivera Torres.Por regla general, según las...

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