Dedo acusador sobre el exjuez

Por Cynthia López Cabán

cynthia.lopez@grmedia.com

En entrevistas por separado, Luis F. Palau Ortiz, hijo de Georgina, y su sobrina, Lisa Colón Ortiz, afirmaron que De los Santos Pineda, de 58 años, participó de alguna manera en el asesinato de Ortiz Ortiz, de 72 años.

Sin remilgos, pero sin ofrecer pruebas, Palau Ortiz también vinculó al esposo y el exjuez del Tribunal Supremo, Carlos Irizarry Yunqué, en la muerte de su madre.

Pese a que Irizarry Yunqué descubrió el cuerpo de su esposa y durante el proceso criminal han surgido interrogantes sobre la relación entre la pareja y su comportamiento después de su muerte, el hombre, de 91 años, no se encuentra en la lista de testigos de la defensa. Según se ha afirmado, padece de demencia senil.

Lejos de la imagen de egoísta, obsesionada con su físico y enredada con sus presuntos amantes que se machaca en la sala 1105 del Tribunal de San Juan, Colón Ortiz describió a su tía como una mujer que siempre estuvo pendiente de las necesidades de su familia.

Con brillo en los ojos recordó a titi Ginín como una mujer bromista, vivaracha y trabajadora, que gozaba de la música y el baile, pero de temperamento fuerte.

Nacida en Coamo, el 22 de febrero de 1938, Ortiz Ortiz era la sexta de 12 hermanos. "Era la más alegre y la que mantenía a la familia unida", afirmó Colón Ortiz.

Conoció a Irizarry Yunqué cuando se desempeñó como secretaria de un abogado en Ponce. Se volvieron a reencontrar luego de que el exjuez enviudó y después que ella se había separado de su primer esposo, con quien procreó a sus dos hijos, Luis y José.

"Nunca le conocí un novio o un hombre en la casa... En casa no se quedó un hombre, ni ella se quedó fuera de la casa", apuntó Palau Ortiz sobre la vida de su mamá tras el divorcio.

La pareja unió sus vidas el 23 de noviembre de 1996. Como parte del amor que se profesaban, se enviaban notas y cartas de amor, que su sobrina conserva.

El exjuez también empezó la tradición de regalarle una pulsera a su esposa en cada aniversario. Cada prenda tenía una inscripción con la fecha de la boda y las iniciales de ambos.

"Para esa fecha (en que murió) debía tener 13 pulseras, y me consta que ella no las usaba completas... Me atrevo a decir que dejaba tres en un cofre de prendas en el cuarto donde dormía. Pienso que esas pulseras...

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