Defiende el rol de la banca

El banquero Richard Carrión dijo que instituciones financieras de Puerto Rico, incluyendo el Banco Popular, habían advertido al gobierno que los niveles de deuda pública estaban haciéndose insostenibles y que era necesario modificar los gastos del gobierno para ajustarlos a los ingresos del erario.En expresiones vertidas en el podcast de entrevistas de este periodista, Carrión, quien es el presidente de la Junta de Directores de Popular Inc., la matriz del Banco Popular y de Popular Securities, dijo que la institución que dirige se retiró de transacciones relacionadas con la deuda del Estado Libre Asociado (ELA) hace tres años por preocupaciones con el nivel de la deuda de Puerto Rico, un año antes de que el entonces gobernador Alejandro García Padilla dijera que la deuda es impagable."Nosotros estábamos bastante retraídos. En un momento, paramos de entrar en el financiamiento del gobierno central. Nuestros financiamientos se concentran más en los municipios y, específicamente, en diez municipios", dijo Carrión.El veterano banquero se refirió a este tema en el contexto de las críticas de figuras y organizaciones que dicen que la banca puertorriqueña se hizo de la vista larga mientras seguía creciendo el endeudamiento del gobierno, participando de las emisiones aunque conocieran de sus riesgos y, en el camino, lucrándose de ello.La conversación con Carrión fue difundida ayer, pero se produjo el lunes en horas de la tarde, antes de que la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) diera a conocer el informe de los investigadores externos que estudiaron la manera en que Puerto Rico llegó al nivel de endeudamiento actual.Los investigadores de la firma Kobre & Kim revelaron en el informe que, en el 2014, los bancos Popular y Citi prepararon un memorando para el entonces presidente del Banco Gubernamental de Fomento (BGF), David Chafey, advirtiendo que la emisión multimillonaria que el gobierno de García Padilla proponía en aquel momento "no tenía sentido" y proponiendo, en cambio, otras medidas para proveer liquidez inmediata al gobierno, así como para control de gastos.La administración de García Padilla decidió proseguir con la emisión de $3,500 millones a pesar del consejo de los bancos. Citi se retiró de la emisión, pero Popular, aun habiendo advertido de los peligros, participó de la emisión junto con otros bancos. La acción de haber participado de una emisión de deuda sobre la que tenía dudas podría exponer al Banco Popular a un reclamo de...

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