Demasiadas voces y planes

Más allá de los problemas de liderato en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), la división del poder en los asuntos energéticos complican el panorama para una rápida y eficiente renovación del sistema de generación, transmisión y distribución de energía, coincidieron varios expertos durante la audiencia celebrada por la Junta de Supervisión Fiscal ayer en Nueva York.

Por un lado, están las propuestas del gobierno en el Plan Fiscal de la AEE; por otro, la planificación en el Plan de Recursos Integrados aprobado por la Comisión de Energía. A eso se suman las presiones y propuestas de los acreedores y las iniciativas de la Oficina Estatal de Política Pública Energética.

“Tenemos que reconocer también que no está claro para los puertorriqueños el quién, el cómo y el cuándo. Demasiadas personas, sea la Junta Fiscal, el señor (Noel) Zamot (el coordinador de revitalización de la JSF), el gobernador, todos los abogados, están tratando de ver quién está a cargo, quién liderará esto y quién regulará”, indicó durante su ponencia Josen Rossi, presidente del Instituto de Competitividad y Sostenibilidad Económica.

“Estamos asustando (a los) consumidores, inversionistas y (perdiendo) oportunidades de colaboración para evitar conflictos y que podamos tener un ajuste de deudas de modo que podamos comenzar a hablar de los nuevos proyectos”, añadió.

Los deponentes reclamaron reiteradamente una visión uniforme sobre la transformación energética de Puerto Rico, ante la variedad de voces y poderes compartidos.

Algunos hablaron de microrredes, mientras otros advertían sobre la pérdida de ingresos en la AEE si la generación depende de productores pequeños y privados. No se descartó ninguna fuente para la generación de electricidad, más allá de los derivados de petróleo.

El consenso sobre esta “visión de futuro” fue que la renovación del sistema debe estimular la inversión privada, no solo en el sistema energético, sino en la economía en general, con tarifas competitivas y calidad en el servicio.

Iván Román, portavoz de la Asociación de la Industria Farmacéutica, indicó que las fábricas en Puerto Rico, además de los costos, son muy susceptibles a las variaciones en el voltaje y suspensiones en el servicio, aun cuando sean de solo minutos.

Explicó que muchas plantas tienen equipos tan sensibles que una variación en voltaje puede implicar sumas considerables en pérdidas.

Por su parte, Iván Báez, de la Asociación de Detallistas de Puerto Rico, se expresó en...

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