Evangelizando demonios

ABRAHAM LINKEWER

PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE COMERCIO PUERTO RICO-ISRAEL

Afganistán es un país de 30 millones de habitantes en pobreza extrema: ingreso per cápita de $ 500. Sólo un 28% de la población sabe leer, aunque eso no es importante porque el Corán lo aprenden de memoria en las madrazas, y lo demás no importa.

En un campamento, unos soldados americanos quemaban escombros: entre esos escombros aparece un Corán. Era casi de noche, y pocos habían notado lo que había sucedido.

Temprano, en la siguiente mañana, reúnen al pueblo en las mezquitas, y se les envía a tomar revancha por un acto involuntario que debería haberse evitado, pero no lo fue. Un lamentable descuido.

Un libro religioso, sea el que fuere, es sagrado y debe ser respetado. Al igual que debería ser respetada la bandera de Estados Unidos que allí se quema porque sí todos los días, y también es sagrada la existencia de la nación americana a la cual se le promete la muerte.

Era también sagrada la vida de un caricaturista en Europa que se atrevió a dibujar a Mahoma, y murió degollado a manos de un terrorista islámico al grito de "Allahu Akhbar" (Alá es justo). Sagradas fueron las iglesias incendiadas por esos "defensores de lo justo".

Hay que respetar el Corán absolutamente, pero ¿por qué no se preservó también en las decenas de ataques entre hermanos sunitas y chiítas, que se quemaban mezquitas los unos a los otros, con sus coranes dentro?

El presidente de Estados Unidos pidió excusas, que era lo que diplomáticamente correspondía, según dicen. Pero ¿quién pide perdón por el asesinato de esos 6 soldados que llegaron a Afganistán con la misión de traer la democracia a quienes no la quieren ni la aprecian?

¿Y quién se excusa por el robo a los contribuyentes americanos de esos miles de millones de dólares que se le han regalado al corrupto presidente Ahmid Karzai, como forma de ganar su favor y hacerlo enormemente rico?

¿Seguimos creyendo acaso que podemos evangelizar a los demonios? Menuda tarea la nuestra.

Eso sucede allí, en Afganistán...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR