DERECHO A VIVIR EN PAZ

POR GERARDO E. ALVARADO LEÓN

galvarado@elnuevodia.com

Aquella madrugada del 19 de junio de 2012, los jugadores Juan Pablo Piñeiro, Ismael Romero, Leonel Batista, Yudniel Pérez y Enrique Ramos decidieron que no volverían a ponerse el uniforme de su país, ni acompañarían a sus otros siete compañeros de equipo de regreso a casa.

"La ausencia de libertad que hay en su país, la ausencia de futuro en su país, la ausencia de respeto a los derechos humanos... esas son las razones. Ellos han venido a buscar libertad", dijo entonces el abogado Sergio Ramos, quien representó a los atletas en su petición de asilo ante el Servicio de Inmigración y Naturalización del Gobierno de Estados Unidos.

La acción de Piñeiro, Romero, Batista, Pérez y Ramos está cobijada en el Artículo 14 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece que en caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país. La Declaración, que en días recientes cumplió 65 años desde su aprobación, aclara, sin embargo, que el derecho de asilo no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"El derecho de asilo se refiere a la protección que otorga un país soberano a otra persona no nacional, ya sea porque ese país entiende o la persona haya reclamado que es perseguida por motivos políticos o ideológicos por parte del Estado en que nació", explicó el abogado Franklin Avilés, profesor de derecho internacional en la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.

"Este derecho es reconocido como un acto humanitario, pues reconoce el derecho de todo ser humano de disfrutar de un pensamiento político distinto y de moverse libremente en un territorio", agregó, al recalcar que el asilo no aplica si la persecución responde a causas criminales.

En tanto, Pedro Santiago, director ejecutivo de Amnistía Internacional de Puerto Rico, destacó que en la mayoría de los casos, las personas que buscan protección de otros países solicitando asilo huyen de violaciones de derechos humanos, ya sea porque ven su vida, libertad de expresión o de creencia amenazadas, o porque les niegan acceso a otros derechos como el trabajo, la salud, el agua o la vivienda.

Avilés indicó que "la vía más adecuada" para invocar el derecho de asilo es solicitando el asilo diplomático.

En estos casos, ilustró...

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