Despartidización de lo público

MARÍA DE LOURDES LARA

PSICÓLOGA SOCIAL COMUNITARIA

Vemos cómo cualquier proyecto nacional que se delega a algún partido, se reorienta y adecúa a los intereses del mismo. ¿Y los asuntos públicos? ¿Dónde quedan? ¿Quién los asume? En este país le hemos entregado nuestros problemas y nuestros proyectos a un grupo de personas que, según sus ideas e intereses, deciden el manejo de los recursos públicos, las agencias, legislaciones y hasta los valores que debemos seguir.

El partidismo político ha quedado identificado como el obstáculo mayor para lograr cualquier cambio social o económico. Utilizan el poder que se les delega para perpetuarse a cualquier precio. Votar inteligentemente significa, para algunos, poner una cruz debajo de una insignia sin evaluar candidatos y sin medir labor realizada, basándose en la lógica de que el voto no se bota. Esto demuestra que se ha perdido la razón y sentido del proceso democrático.

Atender a los asuntos públicos que afectan a la ciudadanía es la razón de que existan, no sólo partidos políticos, sino todo tipo de organizaciones y movimientos civiles. Educar políticamente a la ciudadanía es tarea de maestros, profesores, líderes comunitarios, organizaciones sindicales, la familia, los medios de comunicación y, por supuesto, los partidos políticos.

Esa misión y esa tarea indelegable garantiza que un país sea democrático en todo el sentido de la palabra. No hablo de educar sobre las ideologías de los partidos de turno, sino educar sobre la responsabilidad política de analizar, decidir y promover acciones que garanticen la solución y manejo de problemas sociales. Hablo de validar la voz y la inclusión de todos los sectores y de fortalecer los derechos civiles y humanos en la sociedad.

Esta tarea fundamental se ha perdido a través del tiempo, dejando al país a merced de estos grupos que desde sus partidos profesionales contradicen las bases mismas de la democracia. ¿Cómo hacer para salir del callejón sin aparente salida en el que estamos metidos como pueblo?

La misma ciudadanía ha iniciado el cambio y está proponiendo alternativas. Salir del partidismo político supone un intenso proyecto de educación y de acciones concertadas entre todos los sectores que han creado conciencia de que la política es demasiado...

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